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Los musulmanes de Premià piden garantías de que podrán usar una escuela mientras negocian

El conflicto por la mezquita de Premià de Mar (Barcelona) avanza hacia la solución, pero ensombrecido por desconfianzas, descalificaciones políticas y el miedo a enfrentamientos vecinales. La comunidad musulmana solicitó ayer un decreto por escrito de la alcaldía que les garantice que podrán utilizar las aulas de una escuela pública para rezar mientras negocian la ubicación de la mezquita, que ya tenían autorizada. El Ayuntamiento no les ha respondido.

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La comunidad musulmana de Premià de Mar ha solicitado un decreto de la alcaldía -'aunque sólo tenga una duración de tres días'- que garantice que podrán volver a utilizar las aulas de la antigua escuela Voramar para hacer sus plegarias, tal y como ayer les propuso la comisión unitaria creada para resolver el conflicto, mientras duran las negociaciones con el ayuntamiento. Pero el abogado del colectivo, Máximo Godó, advirtió de que 'si el día 30 no ha llegado el decreto, pondremos las excavadoras a trabajar'. Este abogado, vinculado profesionalmente al Partido Popular, recordó al Ayuntamiento de Premià que la mezquita ya estaba autorizada en un céntrico terreno propiedad de los musulmanes y que si ahora se quiere cambiar el sitio de la edificación, se les deberá indemnizar.

El portavoz de la comisión unitaria creada para solucionar el conflicto, el concejal socialista Joan García, aseguró ayer que la voluntad prioritaria, 'tal y como ya quedó confirmado en la reunión con la comunidad islámica, es la de colaborar para encontrar la mejor solución para todos immigrantes y vecinos'.

Los recelos, sin embargo, pueden más que la voluntad de entendimiento. Los musulmanes están muy resentidos con Esquerra Republicana y con la alcaldesa, la socialista Maria Jesús Fanego, porque nadie se ha disculpado por las peticiones de expulsión que han pesado sobre el imán de la población, a quien se le atribuyó, falsamente, que no quería negociar con la alcaldesa por su condición de mujer. Este conflicto, que sí existió con el anterior imán, no se ha reproducido, según todas las fuentes, con el actual guía espiritual de los musulmanes de Premià.

El PP también crispó el ambiente. La portavoz municipal de los conservadores, Alicia Ballester, rompió ayer el clima de consenso acusando a la alcaldesa de 'hacer un doble juego para intentar quedar bien con todo el mundo' al anunciar el principio de acuerdo para que los musulmanes recen provisionalmente en la escuela pública. 'La alcaldesa se precipitó al anunciar cosas cuando aún no tocaba hacerlo. No entiendo el sentido de la comisión'. Además, según Ballester, 'el PP no aceptará ninguna alternativa de construcción de la mezquita que pueda lesionar los intereses de los ciudadanos'.

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También contaminaron el ambiente algunas informaciones publicadas ayer que afirmaban que la Generalitat intenta frenar la construcción de mezquitas en otras poblaciones para evitar problemas. Fuentes del Gobierno catalán negaron rotundamente este extremo y aseguraron que la Generalitat 'no puede inmiscuirse en este tipo de decisiones, que pertenecen exclusivamente a los municipios'.

Por otra parte, el líder de los socialistas de Cataluña, Pasqual Maragall, se quejó ayer desde Nueva York de que en materia de inmigración 'la gente habla mucho pero no hace nada', informa Isabel Piquer. Maragall alabó, sin embargo, la propuesta articulada en Londres por el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, de endurecer el control de las fronteras europeas al tiempo que valoró la necesidad de controlar aspectos como las células de habitabilidad de las viviendas para evitar que 15 o 20 personas lleguen a hacinarse en las viviendas y creen barrios gueto.

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