Gladiolos bajo plástico
La marca de flor cortada produce dos millones de tallos al año
Aunque no lo parezca, lo de comprar un ramo de flores, ya sea en la fecha que se preste, ya para la persona que encarte, tiene una cosa en común con la ropa: va por modas. Lo del arte floral cuenta con distintos grados de desarrollo entre la población según su edad, que deriva también en distintos gustos.
En eso es experto el joven empresario José Manuel Lázaro, que ha sabido aprovechar la experiencia de su padre, con 38 años a sus espaldas dentro del mundo de la flor cortada, y auparse en la provincia de Almería como una de las principales productoras. Cosaflor, la empresa familiar que dirige junto a sus padres y hermana, comercializa unos dos millones de tallos al año en no más de cuatro hectáreas de terreno.
'El éxito de esto está en tener continuidad y en adelantarte a los gustos de la gente. Por ejemplo, uno sabe que en las poblaciones viejas y más antiguas del clavel no pasan. Pero también que en las grandes urbes otras especies, que no sean tan típicas, gustan más', explica José Manuel. Por eso en Cosaflor se han especializado en el cultivo del lilium en sus variedades de oriental, asiático y l.a., además de iris, gladiolo, gervera, synsephila y crisantemo.
La rotación de los cultivos desde el inicio de la campaña, a partir de finales de junio, permite tener género hasta su término, en torno a final de mayo. 'Lo de los ciclos de cada flor fue una de las cosas que propiciaron que Almería se fuera a la ruina en este sector hace 40 años. El calor es la muerte de estas flores. Y tú, en verano, no puedes competir con zonas productoras del norte de España', apunta el gerente.
La familia Lázaro ha hecho una apuesta seria por seguir en la cresta de la ola en un sector que requiere, de entrada, la importación de la semilla desde Holanda, amén del elevado coste de mantenimiento de la flor: buena ventilación y una imprescindible abundancia de luz. El especial mimo y cuidado que las plantaciones reclaman se constata sólo con el precio que adquiere en el mercado: un tallo de la flor más valiosa no se encuentra en la calle por menos de un euro.
'Necesitamos calidad y para poder ofrecerla eran imprescindibles unas instalaciones de primera. El tenerlas nos ha costado muchos viajes a Holanda para captar ideas y muchos quebraderos de cabeza. Pero con este equipamiento, que no tienen ni el 2% de los invernaderos en Almería, estamos listos para competir', sostiene José Manuel.
Asesorada por Novedades Agrícolas, empresa especializada en las tecnologías auxiliares de la agricultura, Cosaflor instaló un sistema de calefacción de agua caliente por raíles de hierro alimentada con propano, ventiladores de 38.000 metros cúbicos cada uno que remueven el aire en los laterales de cada invernadero y una pantalla térmica en el techo con bandas de plástico y aluminio para refractar el calor y expandirlo.
Los cultivos de flor bajo plástico cuentan también con un recubrimiento de policarbonato ondulado que, además de ser ignífugo, aísla el invernadero de plagas y semillas nocivas con un 90% de transparencia. 'Hay que tener muy presente que, quien cultiva tomate o pepino, por ejemplo, sabe que lo que se come y se vende es sólo el fruto. Pero en el caso de la flor, no es sólo la flor sino la hoja también. Y tú presentas un ramo con hojas manchadas, aunque tenga una flor deslumbrante, no la vendes. Por eso el seguimiento y el control de plagas es más exhaustivo si cabe', señala Lázaro.
La empresa almeriense, que comercializa toda su producción a mayoristas del país, tiene su mejor cliente en la comunidad de Galicia, adonde destina casi el 60% de su producción. Ciudades como Valladolid, León, Zaragoza y Barcelona se reparten el 40% restante. Una mínima parte de sus plantaciones están dedicadas a la 'investigación' de otras especies en el invernadero.
'No puedo permitirme el lujo de dedicarle mucho espacio porque sale carísimo un bulbo de una flor cualquiera. Sin embargo, es necesario. Porque llegará un momento en el que el lilium deje de pegar tan fuerte, al igual que el iris o la gervera. Y para entonces pretendo tener estudiado qué tipo de flor puedo plantar con una buena adaptación', concluye el empresario vaticinando casi el pret a porter de primavera-verano u otoño-invierno en versión floral.
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