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Todas las pistas conducían al 11-S

Enric González

Los servicios de inteligencia estadounidenses fallaron con estrépito antes del 11-S. Las últimas revelaciones muestran una aparente incapacidad para procesar y compartir datos. En 1995, la policía filipina envió al FBI una información de gran importancia. Abdul Hakim Murad, mano derecha de Ramzi Yousef, uno de los autores del primer atentado de Al Qaeda contra las Torres Gemelas en 1993, acababa de ser detenido en Manila y había confesado un plan para atentar en territorio estadounidense. 'Querían secuestrar un avión comercial y estrellarlo contra la sede de la CIA o contra el Pentágono', explicó Rodolfo Mendoza, uno de los investigadores filipinos. El FBI no ha aclarado aún si hizo algo con el aviso. La información no fue compartida con las compañías aéreas de EE UU.

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El 5 de julio, el jefe antiterrorista Richard Clarke convocó una reunión en la Casa Blanca para anunciar que un atentado 'espectacular' iba a ocurrir 'pronto' y ordenó al FBI, la CIA y otros servicios de espionaje que colaboraran intensamente en la prevención de ataques.

El 10 de julio de 2001, la oficina del FBI en Phoenix (Arizona) envió a la central en Washington un aviso de cinco páginas sobre la posible presencia de terroristas en escuelas de aviación estadounidenses, y sugirió que Osama Bin Laden podía tratar de infiltrar a varios de sus hombres en la industria aeronáutica. El informe fue enterrado en un cajón del cuartel general del FBI.

El 15 de agosto, agentes del FBI detuvieron en Minnesota a un joven franco-marroquí llamado Zacarías Moussaoui, estudiante en una escuela de aviación. Los profesores habían llamado a la policía al descubrir que Moussaoui no quería aprender a despegar o aterrizar y sólo estaba interesado en el manejo de un gran avión comercial en pleno vuelo. Los agentes no tardaron en saber que Moussaoui era considerado un terrorista peligroso por la justicia francesa. Pero no investigaron el contenido de su ordenador. Tampoco supieron del aviso procedente de Arizona, y lo mismo a la inversa: en Arizona ignoraban que un sospechoso había sido detenido ya en una escuela de vuelo.

El 6 de agosto, la CIA puso a Bush al corriente de las amenazas terroristas, entre ellas el posible secuestro de aviones. Pero la CIA ignoraba lo que estaba haciendo el FBI en Arizona y Minnesota. El 9 de septiembre de 2001, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo en el Senado que Bush vetaría un plan parlamentario para reforzar el presupuesto antiterrorista con 600 millones de dólares adicionales. El 11 de septiembre se produjeron los atentados.

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