'Las reformas son un chiste', dice un antiguo ministro
La oposición democrática palestina ve con escepticismo y desconfianza el proceso de renovación desencadenado por el presidente en poco menos de dos días, como consecuencia de la presión internacional, especialmente de Estados Unidos, que, junto con Israel, reclaman cambios para reabrir el proceso de paz.
'Las reformas de Arafat son un gran chiste', aseguraba ayer Juwad Salah, ex ministro de Agricultura, diputado por la circunscripción de Nablús, que, junto con un reducido grupo de activistas y políticos, lideró hace tres años una plataforma reivindicativa, titulada 'La patria nos llama' en la que reclamaba cambios profundos, el fin de la tiranía y de la corrupción.
La protesta de Salah fue rubricada por una veintena de dirigentes cívicos, entre los que se encontraban ocho diputados, uno de los cuales, representante también por la jurisdicción de Nablús, acabó recibiendo un tiro en el pie, de unos desconocidos, que al final fueron identificados como agentes de la seguridad militar que manda Musa Arafat, el primo del presidente.
Cuando Salah emprendió su cruzada particular contra la corrupción había dejado de ser ya ministro. Un año antes, junto con otros compañeros de Gabinete, entre los que se encontraba Hanan Ashrawi, había decidido presentar su renuncia, después de que fuera desoída su petición de acabar con la corrupción de diversos ministerios.
Pero este ex ministro no es el único que desconfía. Formando un frente común con Salah se alinea Hayder Abdel Shafi, uno de los responsables del equipo negociador en Madrid, firme detractor de la autocracia de Arafat, quien desde su soledad de Gaza, y a pesar de sus 78 años, viene reclamando una 'renovación democrática y en profundidad'.
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