'La guerra de las galaxias' es un accidente en mi carrera'
Para Francis Ford Coppola, La guerra de las galaxias robó al cine americano a uno de sus realizadores más transgresores. Sin embargo, el resto de la industria ve en George Lucas al genio capaz de romper otras barreras, reescribiendo las leyes de la taquilla o creando el mayor fenómeno cinematográfico de la historia del medio. El próximo jueves estrenará en Estados Unidos su nueva entrega de la saga, Episodio II: el ataque de los clones, que llegará a España el viernes.
'Ya he comenzado a escribir el tercer episodio y puedo asegurar una cosa: Anakin se convertirá en Darth Vader'
'La guerra de las galaxias' está basada en muchos motivos mitológicos. Digamos que he reenvasado una historia milenaria'
'Todo el arte es tecnología. Todo. No importa cuál sea el medio. Y el cine es un arte extremadamente tecnológico'
Al frente de la principal casa de efectos especiales de la industria, ILM, y dirigiendo un imperio audiovisual desde su apacible rancho Skywalker, situado a unos 20 kilómetros de San Francisco, George Lucas sigue manteniendo ese espíritu transgresor que recuerda su maestro Coppola y, al menos en la tecnología, está dispuesto a dar el último salto diciendo adiós al celuloide con El ataque de los clones. 'Sigo viendo La guerra de las galaxias como un accidente en mi carrera', reconoce echando la vista atrás. 'Una película que sabía desde el principio que era grande, pero que también tenía claro que ningún estudio me dejaría hacer. No había ni dinero suficiente ni tiempo suficiente para acometer algo así. Por eso me centré en el primer tercio siempre con la idea clara de hacer las otras dos partes. Pero entonces ni se me ocurrió pensar que en algún momento sería posible acometer el preludio de esa historia. Al menos hasta que la tecnología llegó a un punto que me permitió hacerlas'.
Episodio II: el ataque de los clones ha contado con un presupuesto de 140 millones de dólares (154 millones de euros) que, contra toda lógica en esta industria, George Lucas ha puesto de su propio bolsillo y de los que espera recibir a cambio un 40% de beneficios en taquilla.
[A pocos días de su estreno mundial, ha publicado Los Angeles Times, ya circulan varias copias piratas de El ataque de los clones en Internet, como ha ocurrido también con Spiderman, según ha recogido Europa Press. Para el diario estadounidense, el nuevo episodio de La guerra de las galaxias habría sido grabado durante un pase restringido, utilizando una cámara de video digital, y bajado a Internet. Pero una segunda copia aparecida también en la Red sería aún de mejor calidad, según la publicación. El analista de tecnología de medios Bruce Forest estima que hasta un millón de personas habrán visto la película antes de su estreno oficial el jueves.]
Pregunta. La guerra de las galaxias fue el nacimiento de un mito y también de las críticas de los que piensan que significó el dominio de la tecnología sobre el arte.
Respuesta. Todo el arte es tecnología. Todo. No importa qué tipo de arte sea o cuál sea el medio. El cine, en concreto, es un arte extremadamente tecnológico, y más aún un género tan literario como el de la ciencia-ficción y la fantasía. Funciona muy bien en papel porque la imaginación es el límite, pero en la pantalla tienes que hacer reales esas imágenes mentales. Por eso, lo mismo que nunca pensé que podría hacer estas películas, también es cierto que precisamente fue la tecnología la que me ha permitido hacerlas. A mí, y a otros directores, capaces de acometer filmes épicos históricos que hace unos años ni hubieran soñado. Hubo un momento en que el cine se había quedado restringido a historias contemporáneas que transcurrían en la calle o a proyectos de época con un bosque, un carromato, siete personas y una casa. Parece que sólo se podían hacer películas en las que no hubiera que invertir mucho dinero, y todo el mundo sabe que filmes épicos y poco dinero no son sinónimos.
P. Se trata de una tecnología que le ha llevado a filmar la primera película enteramente digital, tanto el rodaje en alta definición como su exhibición.
R. Fue una búsqueda de calidad en dos áreas. Primero, hacer posible una forma más versátil, más fácil de rodar, como cuando usas un ordenador que te facilita el trabajo. Y la otra razón es conseguir una mejor calidad de imagen que además mejore con el tiempo, porque el filme, tras tres semanas de proyección, ya no es el mismo, rayado, cada copia de un color, con una definición más suave en las formas por culpa de las perforaciones en la película. En mi opinión, es como si habláramos de pintar al fresco, donde hay que pintar poco y rápido antes de que se seque, y con un ejército de científicos que mezcle los colores; o al óleo, donde puedes salir al aire libre y hacer cambios tú solo sobre tu pintura. El proceso fotoquímico del cine sería como hacer frescos y el digital como los óleos. Claro que se puede seguir filmando a la manera tradicional, aunque para mí es más fácil en digital.P. ¿Alguna vez se ha asombrado de la mitología generada por esta saga?
R. La guerra de las galaxias está basada en muchos motivos mitológicos que ya existían con anterioridad, y lo único que he hecho es incluirlos en una historia diferente. Digamos que he reenvasado una historia milenaria. Ésa es la razón por la que la gente responde tan bien.
P. ¿Qué parte de esa mitología es personal? ¿Hay un lado oscuro de la fuerza en George Lucas?
R. La lucha entre el bien y el mal está en todos nosotros. Todos pensamos que hacemos lo correcto y que somos buenos hasta que alguien nos muestra nuestras faltas, nuestros egoísmos, avaricias o locuras, y vemos que nuestras vidas no son tan perfectas como pensábamos.P. El ataque de los clones también tiene un marcado mensaje político.
R. Se trata de razonamientos políticos basados en la historia. Creo que el debate sobre qué es mejor, la democracia o la dictadura, trae cola y nadie tiene la razón. La democracia tiene muchos peligros y necesita el apoyo de la gente si no quiere caer en situaciones tan malas como una dictadura, mientras que una dictadura benigna, con un dictador amable, inteligente y preocupado por sus súbditos, puede acometer las cosas con más rapidez y menos problemas que una democracia. En cualquier caso, si no cuidas una democracia, acabas con un mal dictador, lo que son casi siempre porque el poder corrompe y una vez arriba se acaba la compasión.
P. Sólo escuchar las primeras notas de la música compuesta por John Williams, el espectador vuelve con rapidez al punto donde dejó esta saga.
R. Sí, la música es un elemento muy importante en esta saga, porque las películas de La guerra de las galaxias pertenecen a otra era, a la del verdadero cine, el mudo. Yo siempre he rodado mis películas como si fueran mudas, pero con banda sonora. La diferencia con aquellos tiempos es que luego las he añadido el diálogo. Algo así como si hiciera rap en cine. Por eso dependo mucho de la música de John Williams, porque es la que cuenta la historia. De ahí que de los 135 minutos de película, más de 120 tengan música.
P. Un personaje que en esta ocasión tiene mucha menos presencia en pantalla es el odiado Jar Jar Binks.
R. Odiado por algunos, porque según nuestras encuestas era el personaje preferido por los menores de 12 años y el segundo preferido, por detrás de Darth Maul, entre el público joven. Fueron los más mayores los únicos que lo odiaron, los mismos que cuando se estrenó El imperio contraataca odiaron a C3PO y que en El retorno del Jedi odiaron a los ewoks. También fue una campaña creada por los medios de comunicación, que siempre la tienen que tomar contra alguien. Pero, en cualquier caso, se trata de una historia y los personajes no aparecen y desaparecen a petición popular, sino que siguen un arco en esta historia que marca su presencia en pantalla.
P. ¿Cuál será ese arco en el tercer episodio?
R. Ya he comenzado a escribirlo y puedo asegurar una cosa: Anakin se convertirá en Darth Vader.
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