González intenta apagar los fuegos

Francisco González, presidente del BBVA, quiere inmunizar la actividad del banco del escándalo de las cuentas secretas. Para ello ha iniciado 'una nueva etapa' con el fichaje de tres vocales (Ricardo Lacasa, Román Knörr y Susana Rodríguez) para el consejo de administración, mientras prepara un nuevo código de conducta y una campaña para recomponer su maltrecha imagen. Sin embargo, la batalla judicial abierta torpedeará estos intentos.

El banco dice que no irá contra las raíces vascas del BBVA, aunque en Bilbao se teme por el cambio de los centros de decisión a Madrid

Francisco González se enfrenta al reto de evitar que el escándalo de las cuentas secretas mantenidas durante 13 años en paraísos fiscales paralice al segundo banco español. La actuación del presidente de la entidad está orientada en dos frentes: evitar que se entumezca la actividad financiera del banco, consecuencia de la desorientación de los directivos, y, en segundo lugar, que la imagen de la entidad quede dañada.

Para atacar al primer frente, el presidente del BBVA insiste en que el escándalo afecta sólo a unas operaciones concretas y que los que diseñaron las cuentas ya no están en el banco. Además, González remarca que la entidad actuó con transparencia, rigor y prudencia desde que se conoció la existencia de las cuentas.

Las incógnitas judiciales

El desarrollo de la causa en los juzgados aclarará la actuación de González y la de los ex ejecutivos del banco, todos ellos procedentes del BBV. De momento, Emilio Ybarra, ex presidente de la entidad, y Francisco González se verán frente a frente en un careo el próximo 10 de junio ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Al margen de este enfrentamiento pendiente, desde el 24 de mayo al 10 de junio declararán como imputados todos los ex consejeros de banco, lo que tendrá gran impacto en los medios de comunicación.

De puertas adentro, Francisco González también está trabajando para apagar los fuegos que más le preocupan. Su objetivo es dejar claro que quiere mantener una parte de lo que ha sido el BBVA y cambiar otros aspectos de la entidad.

González, nacido en Chantada (Lugo), es el primer presidente de los 145 años de historia que acumula el BBVA que no ha nacido en el País Vasco. Esta circunstancia, así como su procedencia política -fue nombrado por el Gobierno del PP-, despierta recelos en importantes sectores ciudadanos de Bilbao por la posibilidad de que vaya limando el carácter vasco de la entidad, así como que traslade a Madrid gran parte de los servicios centrales, que ahora están en la capital vizcaína.

El banco cuenta con 700 empleados en los servicios centrales de Bilbao. Ahora la entidad ha iniciado un estudio de las duplicidades existentes entre Madrid y Bilbao. Fuentes del banco aseguran que el objetivo es eliminar redundancias, aunque desde la capital vizcaína no se ve de la misma manera.

La consigna de González es no hacer nada que parezca una agresión hacia las raíces vascas del BBVA. Para ello, no quiere atacar los símbolos, uno de los cuales es la sede, y otro, el consejo de administración, que ha quedado sin representantes del BBV, con la excepción de José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, tras el estallido del escándalo. Este órgano ha perdido 19 vocales en dos meses, lo que ha supuesto la desaparición de todos los representantes de la burguesía vasca, sector conocido como Neguri, que fundaron el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya.

Para compensar las dimisiones, González ha hecho un guiño a la sociedad vasca con dos fichajes para el consejo. La semana pasada ha nombrado a Román Knörr, empresario alavés y presidente de la Confederación Empresarial Vasca, junto a Susana Rodríguez Vidarte, decana de la Facultad de Empresariales de La Comercial de la Universidad de Deusto, como vocales del consejo. Junto a ellos estará sentado Ricardo Lacasa, ex consejero delegado del Banco Popular, con más de 30 años de experiencia bancaria en sus espaldas. En Bilbao las críticas apuntan a la falta de empresarios vizcaínos, si bien todavía está pendiente el nombramiento de dos consejeros más, uno de los cuales será extranjero.

Dentro de la simbología se emarcan los planes del presidente del BBVA sobre la localización del consejo. Tiene previsto continuar con cinco consejos anuales celebrados en Bilbao, uno más de los que se realizan en Madrid. También seguirá convocando alternativamente, en Bilbao y Madrid, la comisión delegada permanente, principal órgano del consejo.

Entre lo que González quiere cambiar, en la que ha denominado la 'nueva etapa del BBVA' , está el código de conducta interno. Ha designado a un grupo de consejeros para que lo elaboren y sirva de guía para las actuaciones de ejecutivos y empleados.

Esta medida forma parte de los cambios que realizará la entidad para transmitir a la sociedad una imagen de seriedad y honradez, para acabar con las acusaciones realizadas desde Puerto Rico y Latinoamérica sobre blanqueo de capitales y soborno, que el banco desmiente tajantemente.

Los analistas creen que la tarea no es fácil 'porque la batalla judicial será larga. Una de las claves será conocer cómo se defienden el alto número de imputados y, sobre todo, si Ybarra asume o no las culpas. Hay muchas incógnitas, pero antes del verano se sabrá si el escándalo queda acotado a unos pocos personajes o amenaza con extenderse', explica un experto bancario.

Otra medida que prepara el BBVA es el envío masivo de cartas a accionistas, clientes y empleados donde se explica la actuación de la entidad ante el escándalo de las cuentas.

Mientras tanto, la entidad ha presentado los resultados del primer trimestre, que gustaron a los analistas. El beneficio del BBVA creció un 6%, que podía haber sido del 18% de no ser por la crisis argentina.