El conflicto de Lear se cierra con un acuerdo sobre las indemnizaciones

Con la presión del calendario, que ayer marcaba el fin de la fase de consultas, y con la espada de Damocles de una huelga indefinida en todas las plantas de Lear en España, hubo, por fin, apretón de manos. La dirección de la multinacional americana, que en febrero pasado anunció el cierre de su factoría en Cervera (Lleida), alcanzó ayer un preacuerdo con el comité de empresa de Lear.

Fruto de una negociación maratoniana de 15 horas, en la que el Gobierno catalán puso finalmente toda la carne en el asador como mediador, no se evitará el cierre de la planta, que Lear siempre consideró irrevocable, pero sí se aportan perspectivas de futuro para los 928 empleados cuyo contrato laboral quedará extinguido, y también para la reindustrialización de la comarca leridana de La Segarra.

Por esta razón, Vicenç Rocosa, secretario general de la Federación del Metal de Comisiones Obreras de Cataluña, calificaba de 'agridulce' el preacuerdo, que mañana lunes será sometido a la aprobación de los empleados de la planta de Cervera, sin que, en principio, se espere un rechazo.

El principal obstáculo de la negociación era la inflexibilidad de la dirección de Lear para ofrecer indemnizaciones superiores a los 45 días por año trabajado, una posición en la que la empresa se mantenía firme desde el pasado 22 de marzo, cuando ya quedó clara la imposibilidad de encontrar alternativas al cierre de Cervera. Vistos los bajos sueldos de los empleados, los sindicatos llegaron a reclamar 80 días por año trabajado.

No arriesgar y no perder

Por escrito, el epígrafe del preacuerdo alcanzado ayer que aborda las indemnizaciones mantiene los 45 días por año de servicio. Sin embargo, los sindicatos se dieron por satisfechos porque Lear Corporation aceptó añadir una serie de compensaciones -un complemento de antigüedad y una serie de 'primas especiales'- que, en la práctica, elevan la indemnización por trabajador a una cantidad equivalente a los 60 días trabajados (12 por antigüedad y 3 por primas). 'Hemos preferido no arriesgar demasiado para no perderlo todo', confesaba tras la reunión Manuel Gallardo, secretario general del Metal y la Construcción de UGT Cataluña.

El preacuerdo mantiene la oferta de Lear de recolocar a 100 empleados de Cervera en su planta de Ávila y a 50 más en su planta de Valls, con una serie de ayudas para la vivienda de 4.330 euros y 2.165 euros, respectivamente, para los voluntarios cuyo perfil profesional encaje con las puestos a cubrir. Además, Lear se compromete a contratar a una firma especializada en recolocar empleados, que 'prestará sus servicios durante los siguientes seis meses' a su baja en la empresa. La Generalitat dice contar con casi cien proyectos que permitirían recolocar en la zona hasta 1.400 personas.

La 'satisfacción' por el preacuerdo del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y de varios miembros de su Gobierno contrastó con la reacción de la oposición. Los socialistas acusaron al Ejecutivo catalán de tirar la toalla en el cierre de Cervera; la izquierda de IC-V le exigió un plan industrial más activo; el PP le pidió no bajar la guardia, y los independentistas le reclamaron que ninguna otra compañía se instale en Cataluña en busca de mano de obra barata.