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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Entre la crítica y la autocrítica

La Revolución cubana impactó en la opinión pública de la segunda mitad del siglo XX y desde entonces acapara la atención internacional, como prueban las votaciones anuales en torno a la situación de los derechos humanos en la isla, que este año ha provocado sonoras broncas con Uruguay y México. Precisamente, la vulneración de los derechos humanos en Cuba es uno de los principales centros de atención de las memorias de Huber Matos, uno de los principales comandantes guerrilleros, que junto a Fidel y Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y el Che Guevara conquistaron el poder a principios de 1959.

Huber Matos da testimonio de sus 20 años en las cárceles de la dictadura militar de Castro. Su relato es sencillamente espeluznante y es igual (o semejante) a los innumerables relatos de los presos que pasaron por las cárceles de otras dictaduras militares latinoamericanas de los años setenta, torturas, simulacros de fusilamiento y traslados incluidos. Es evidente que Castro y los suyos no estuvieron en la Escuela de las Américas, en Panamá, reputado centro de torturadores y dictadores de la región, pero tampoco lo necesitaron, dado el mimetismo adquirido con los métodos del enemigo.

CÓMO LLEGÓ LA NOCHE

Huber Matos Barcelona. Tusquets, 2002 589 páginas. 24 euros

Dice Matos que 'la lectura y

la imaginación, junto al recuerdo, son el consuelo contra el infortunio en las prisiones que los Castro han habilitado para los presos de conciencia. Para la dictadura, el mejor enemigo es el enemigo desmoralizado o muerto'. Se trata de una prueba más de los enormes sufrimientos de Matos en sus años de cautiverio. Por eso resulta un poco sorprendente su escasa capacidad de autocrítica con el proceso revolucionario que propició la experiencia castrista. Matos se incorporó a la guerrilla de Sierra Maestra a partir de su ideal nacionalista y revolucionario, que abogaba por la democratización del país. Por eso sigue distinguiendo, como muchos, una revolución buena, la nacionalista, y otra mala, la castrista o marxista, sin ver que fue la lucha armada y consignas del tipo patria o muerte, en las que todavía sigue creyendo, las que facilitaron la aparición del monstruo totalitario.

Las memorias de Matos están excelentemente construidas, a partir del capítulo inicial que comienza en el momento de su liberación ('vístase, usted se va hoy'), para seguir con la lucha contra la dictadura de Batista, su incorporación a la guerrilla, la guerra revolucionaria, la toma del poder y los primeros meses de la revolución triunfante, hasta su tormentosa renuncia en medio de críticas a Fidel y los suyos ante el rumbo comunista que adquiría la revolución. Su renuncia no sólo provocó su caída y la de Camilo Cienfuegos, sino la de muchos otros y fue el origen de un largo periplo por las mazmorras del régimen. Las denuncias de Matos sobre las irregularidades de su proceso 'político-judicial' y la permanente vulneración de sus derechos realzan aún más su impresionante canto por la dignidad de la persona. De forma circular, Matos termina en el mismo lugar y momento que comenzó, en la cárcel del 'vístase, usted se va hoy', después de propinar duras críticas a la dictadura de Castro, unas críticas agudas que comienzan desde su llegada a Sierra Maestra y que muestran a un Fidel al que no estamos acostumbrados. La apertura de los archivos cubanos permitirá, en su día, echar algo más de luz sobre testimonios contradictorios de momentos intensos, algunos vividos con mucho sufrimiento innecesario, prueba evidente de la crueldad humana.

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