Se entregan otros dos presuntos criminales de guerra serbios
Nikola Sainovic, antiguo vicepresidente yugoslavo y uno de los principales colaboradores del ex líder serbio, Slobodan Milosevic, se entregó ayer al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia para ser juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en Kosovo en 1998.
En el vuelo que lo trasladó a Holanda iba también Momcilo Gruban, comandante del campo de internamiento de Omarska, al oeste de Bosnia, donde fueron hacinados y presuntamente torturados más de 3.000 civiles croatas y musulmanes desde 1992.
Ambos acusados forman parte de la veintena de políticos y militares considerados por la fiscal, Carla del Ponte, como los principales responsables, junto con Milosevic, de las atrocidades cometidas durante las guerras de los Balcanes. La pasada semana llegó también a La Haya Dragoljub Ojdanic, jefe del Estado Mayor del Ejército yugoslavo. Radovan Karadzic, que fuera presidente serbobosnio, y Ratko Mladic, su jefe militar, acusados de genocidio, siguen huidos y no piensan entregarse.
Los recién llegados esperan permanecer en libertad provisional hasta el juicio, previsto para dentro de unos meses, y han viajado en virtud del acuerdo de cooperación firmado en abril por el Gobierno yugoslavo con el Tribunal.
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