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Una inspección aprobó la seguridad de Zorita la víspera del asalto de Greenpeace

La central nuclear de Zorita fue inspeccionada un día antes de ser allanada por activistas de Greenpeace. Todo estaba en regla, incluidas las medidas de seguridad, según la primera comunicación verbal dirigida al director de la central, Aquilino Rodríguez Cases, por los inspectores tras revisar la central. Con esta visita a Zorita terminaba la ronda de inspecciones sobre la seguridad de los siete emplazamientos nucleares que hay en España ordenada por la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), María Teresa Estevan Bolea.

El mandato del CSN se produjo como consecuencia de la puesta al día en todo el mundo de la seguridad de las instalaciones nucleares ante la posibilidad de ataques terroristas, similares a los que derribaron con aviones suicidas las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre pasado.

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Tras estos sucesos, la presidencia del CSN constituyó un grupo de trabajo, para realizar auditorías de seguridad sobre las centrales nucleares, integrado por dos inspectores del CSN, representantes de UNESA (la patronal de las compañías eléctricas), del Ministerio del Interior a través de las subdelegaciones del Gobierno provinciales o la Guardia Civil, y las empresas propietarias de las centrales en activo.

Según fuentes de Unión Fenosa, la operadora de Zorita, al concluir los inspectores la revisión de la planta el pasado día 24, comunicaron a su director, Rodríguez Cases, que las medidas de seguridad estaban en orden y recogieron información sobre las mejoras que ésta y otras centrales deberían incorporar en el futuro. Estas sugerencias se expondrán en un informe de auditoría que pronto empezarán a redactar.

Sanción de 600.000 euros

Fuentes del CSN precisan que esta ronda de inspecciones es ajena a las revisiones reglamentarias que efectúa el organismo sobre el cumplimiento de medidas de seguridad. En el caso de Zorita se propuso en diciembre de 2000 que introdujera ciertas mejoras que estarán listas dentro de unos días.

No obstante, en el organismo que vela por la seguridad nuclear en España se vivió con gran irritación el allanamiento de Zorita por Greenpeace, justamente un día después de la inspección. Aunque tanto la operadora como el CSN insisten en que la seguridad de la central no corrió riesgos, la acción de Greenpeace puso en evidencia la vulnerabilidad de unas instalaciones avaladas un día antes. El CSN propuso ayer una sanción de 600.000 euros a Fenosa por infracción grave al plan de seguridad.

Otro punto flaco puesto en evidencia por la acción de Greenpeace es la falta de agilidad de los cuerpos de seguridad. Fuentes cercanas a la central afirman que el primer aviso a la Guardia Civil dio con un contestador, por lo que hubo que llamar al 112 para comunicar el allanamiento. Según las mismas fuentes, una patrulla se cruzó con los vehículos de Greenpeace momentos antes del asalto.

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