Las facultades de Educación piden una licenciatura para los maestros

Decanos y representantes de profesores y alumnos de las facultades de Educación y escuelas de Formación de Maestros han pedido al Gobierno que aproveche la Ley de Calidad para elevar los estudios de diplomatura de Magisterio a rango de licenciatura. Los afectados han anunciado que pretenden agotar todas las vías de diálogo con el Ministerio de Educación, pero no descartan otras acciones de presión.

La ministra de Educación, Pilar del Castillo, ha dejado claro que la conversión de la carrera de Magisterio en licenciatura no será una medida ligada a la Ley de Calidad.

La primera razón que argumentan desde las facultades es que no se puede mejorar la calidad de la educación, como pretende el ministerio, si primero no se mejora la formación de los profesores. También señalan que el paso de diplomatura a licenciatura contribuiría a 'incrementar el reconocimiento social de los maestros'.

Además, los afectados apoyan su reivindicación en la necesidad de equipararse con los estudios de Magisterio que se imparten en Europa, donde en la mayoría de los países se prolonga hasta cinco años. Así en Grecia, Italia, Francia y Portugal los estudios de Magisterio tiene rango de licenciatura, por lo que los diplomados en España no pueden trabajar allí pero en cambio sí al revés.

Escasa formación

Los alumnos de Magisterio critican la escasa formación en las asignaturas que no son de su especialidad, que sólo suponen un 3% de los créditos. Dentro de Magisterio se puede estudiar o bien estudios generalistas de primaria o bien las especialidades de música, lengua extranjera, educación física, educación infantil (de 0 a 6 años), educación especial y audición y lenguaje.

Los estudiantes también solicitan que se incremente el número de horas prácticas. Ahora se realizan en el último curso de carrera, lo que supone sólo una sexta parte de la formación inicial de los maestros, mientras que en muchos países de Europa se prolongan durante un curso académico entero.

Según el PP, la conversión de estos estudios en licenciatura supondría al Estado 3.000 millones de euros. Los afectados hacen un cálculo diferente y señalan que las mejoras salariales y formativas de los 240.000 maestros que hay en la actualidad costaría 500 millones de euros repartidos entre 8 y 10 años.

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