'Todos contra Le Pen. Ciudadanos, a las urnas'

Tres mil alumnos del Instituto de Ciencias Políticas de París abarrotaban ayer el anfiteatro de uno de los centros universitarios más prestigiosos de Francia, 'el Harvard de Europa', según la revista Les enjeux politiques. Comenzaba una jornada de 'huelga activa' convocada por el Colectivo de Estudiantes contra la extrema derecha, creado en la mañana del lunes, apenas digeridos los resultados electorales de la noche anterior, que habían colocado a Jean-Marie Le Pen como el segundo candidato más votado por los franceses.

En ese colectivo se han integrado asociaciones de centro-derecha e izquierda, el polo republicano, Los Verdes y el sindicato de estudiantes extranjeros, entre otros. Estamos en una calle perpendicular al bulevar Saint Germain. Los estudiantes de Ciencias Políticas no han parado desde el lunes. Las asociaciones que allí tienen sede han tomado el hall de entrada y han empapelado la escuela con sus carteles y pancartas contra Le Pen. 'Una situación excepcional ha creado una unión también excepcional. Entre nosotros hay muchas diferencias y normalmente hay muchas discusiones, pero la necesidad nos obliga a luchar juntos contra la extrema derecha', explica Sophie Delaporte, alumna de quinto de Políticas y sindicalista de la UNEF, el principal sindicato estudiantil.

La huelga activa consistió en un conjunto de debates y reflexiones sobre el resultado obtenido por el Frente Nacional de Le Pen en las elecciones presidenciales francesas. No hay una estructura organizativa clásica: todo el mundo tiene voz y voto. A lo largo del día desfilaron por el instituto muchos de los profesores del centro y numerosos políticos en activo, desde Dominique Strauss-Kahn, antiguo ministro socialista, hasta representantes del Partido Comunista, Los Verdes, el grupo de Chevènement y el partido centrista UDF, que encabeza François Bayrou.

Ningún representante de la extrema derecha ha sido invitado a las jornadas 'para que todo quede entre republicanos y demócratas', explica Edmon Espanel, uno de los asistentes . 'Sentí vergüenza cuando supe que Le Pen iría a la segunda vuelta'.

Danaé Issa, estudiante de cuarto de Ciencias Políticas, no ha dejado de estar apesadumbrada desde entonces porque sabe que son los propios franceses los responsables de esta situación: democráticamente, casi un 20% de ellos ha optado por el voto a la extrema derecha. También encuentra que parte de la responsabilidad recae en los medios de comunicación, por haber insistido tanto en el duelo entre Jacques Chirac y Lionel Jospin. Con ello, añade, 'han conseguido que la gente no le diera importancia a la primera vuelta de las presidenciales. Todos estábamos cansados de ver y oír Chirac-Jospin y nadie pensaba en otra posibilidad'. Sin embargo, está convencida de que se puede sacar una consecuencia positiva de todo esto: la gran movilización de la gente. Esta situación le hace pensar en mayo del 68, aunque duda de que el efecto Le Pen provoque efectos tan grandes como los de aquel movimiento.

La consigna de Issa está muy clara: 'Hay mucha gente que no puede votar a Chirac porque no se identifica ideológicamente con él, pero, en estos momentos, no hay que tener emociones, simplemente hay que votar'.

En Ciencias Políticas funciona también un grupo de las juventudes del RPR, el partido de Chirac, pero transmite un mensaje distinto. Se ha quedado fuera del colectivo contra la extrema derecha por decisión propia, aunque coincide con éste en que la presencia de Le Pen en la segunda vuelta es un peligro para la democracia y la República. Como explica Mael de Caelan, de 21 años, 'no queremos que se vote contra Le Pen, sino a favor de Chirac'. Puede que sólo sea una cuestión de matiz, pero 'para nosotros es muy importante'. Las juventudes del RPR han escuchado ya en no pocas ocasiones que la gente va a votar 'con una pinza en la nariz' y lo que ellos pretenden es que la gente se agrupe detrás de Chirac.

A las seis de la tarde finalizó la jornada de 'huelga activa' y los millares de asistentes salieron para recorrer el centro de París en una manifestación silenciosa, encabezados por una sola pancarta: 'Todos contra Le Pen. Ciudadanos, a las urnas'.

Una más de las decenas de marchas que protagonizan cada tarde decenas de miles de jóvenes en París y en otras muchas ciudades de Francia. 'Jugar con los valores democráticos es como jugar con fuego', explica Kamal Amakrane, marroquí, de 23 años, presidente del sindicato de estudiantes extranjeros de Ciencias Políticas y uno de los ocho representantes estudiantiles en el consejo directivo del instituto.