El oro de la palabra

Extracto del discurso de la ministra de Educación, Cultura y Deportes, Pilar del Castillo:

(...) Maqroll, como Don Quijote, está fuera de su tiempo; Maqroll vive en ese 'tiempo sin tiempo' de la literatura. (...) Maqroll, sin llegar a la locura del hidalgo, se define como un personaje dieciochesco perdido en el siglo XX, y lo mira todo con una profunda perspectiva, con la perspectiva ancha y sabia de los siglos. Hoy, el premio que lleva el nombre de Miguel de Cervantes, el autor del Quijote, se entrega a Álvaro Mutis, el inventor de Maqroll. ¿Cambiaría mucho la realidad si dijésemos que es Maqroll quien recibe hoy el Premio Don Quijote?

(...) Libertad y magnanimidad presiden la obra marítima, oceánica, de Álvaro Mutis. Vida y literatura se entrelazan en él con la misma fuerza con que lo hacen prosa y poesía (...). Poeta en el sentido originario de la palabra, el de hacedor, el de creador: porque Mutis, a través de su poesía, su narrativa y sus ensayos, le añade al mundo y a la vida nuevos caminos, nuevas rutas. Con cada palabra, expande la realidad y hace que nuestra mirada sea más extensa, más amplia, más penetrante. Porque en la obra de Álvaro Mutis, poesía y prosa están indisolublemente unidas.

(...) Mutis no puede dejar de buscar la poesía en las entrañas de la vida (...). Y ese empeño de Álvaro Mutis consiste en despojar la palabra de su herrumbre de trivialidad, en devolverle su naturaleza trascendente. Porque Mutis, como un alquimista, busca algo así como el oro de la palabra. Y quizá por eso puede hallar, entre la banalidad de lo cotidiano, y le cito, 'una palabra nunca antes pronunciada', para entregárnosla, con su característica e inconfundible música verbal.

(...) Hoy agradecemos a Álvaro Mutis que haya regalado a la literatura, es decir, a todos nosotros, un personaje tan vivo y tan emblemático como Maqroll el Gaviero. Maqroll es libre y aventurado; sin rumbo fijo, es un viajero constante, escéptico y desesperanzado. Y, sin embargo, el Gaviero sabe reconocer las maravillas de la vida que le sale al paso: el amor intenso y fugaz, la amistad de un compañero de viaje, la curiosidad de un niño... La mirada de Maqroll sabe redimir de la repetición de lo cotidiano y lo ordinario cada instante de su trayectoria vital, y hacerlo único.

Puedo atreverme sin riesgo a afirmar que no hay nada en Maqroll que no sea de Mutis: así lo ha dicho el propio escritor, que añade que no le ha puesto a Maqroll nada prestado, que no hay un solo rasgo de Maqroll al servicio de un personaje, que todo lo que hay en él lo ha vivido el propio Mutis, y que viene de su esencia, de su ser, de su manera de ver el mundo, su mundo, y las sustancias que circulan entre ese mundo y él... Esto, quizá, es lo que hace del Gaviero uno de los personajes más vivos de la historia de la literatura. (...).