¿Qué ocurre en Castilla y León?
La multinacional United Biscuits ha decidido cerrar la fábrica palentina de galletas Fontaneda. Se arguye que dicha fábrica ha dejado de ser operativa y su rendimiento económico no es eficiente.
Sin embargo, dicha multinacional ha decidido que la producción de Fontaneda sea absorbida por sus fábricas de Navarra y el País Vasco. Es decir, su red de distribución y comercialización, así como su marca, continúan siendo competitivas. ¿Es una situación aislada? Parece ser que no. Al menos otras cinco grandes empresas castellano-leonesas con algo más de 1.500 trabajadores cerraron en el 2001. ¿Obedece dicho traslado única y exclusivamente a razones de competitividad? Todo apunta a que dicha multinacional decide ubicarse en el País Vasco y Navarra para acceder a un marco fiscal más favorable (pagan menos impuestos). La lógica económica indica que si Fontaneda fuese una empresa ineficiente o no competitiva, automáticamente cerraría.
¿Por qué esta discriminación? ¿Por qué no se puede competir fiscalmente con el País Vasco? ¿Qué clase de autonomía tenemos? ¿Hay ciudadanos europeos de primera y de segunda?
Si no es rentable invertir en Castilla y León, ¿por qué no se adoptan las medidas de política económica necesarias? Si no es posible competir con el marco fiscal de otras comunidades autónomas, ¿por qué no se puede competir vía incentivos, subvenciones y ayudas fiscales de la Junta de Castilla y León?
¿Cuál es el panorama económico de Castilla y León? La tasa de paro en dicha comunidad está por debajo de la media nacional. Esto sería un enorme éxito para la Junta de Castilla y León, a no ser que estuviera aumentando la emigración y que estuviera disminuyendo la tasa de población activa (justamente lo que está ocurriendo). Es decir, en Castilla y León hay menos desempleo porque cada vez es mayor la población que emigra a otras comunidades en busca de oportunidades de trabajo, y aumenta el número de jubilados o personas que se han acogido a jubilaciones anticipadas.
Las empresas no tienen ningún incentivo a invertir en tecnología y la pérdida de capital humano es evidente, con lo que las perspectivas para el crecimiento económico futuro de Castilla y León son 'un poco' pesimistas. Magnífico panorama. En este contexto, no debe extrañarnos que el ahorro de los castellano-leoneses depositado en las entidades financieras se invierta en otras comunidades autónomas.
Mi más sincera enhorabuena al Partido Popular por su brillante gestión económica al frente de la Junta y mantenernos en la amnesia económica.
En fin, sirvan estas líneas para expresar todo mi apoyo, como palentino y castellano-leonés que soy, a mis paisanos de Aguilar de Campoo.
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