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El Ejército y la guerrilla de Angola firman la paz tras 27 años de guerra

El acuerdo permite la reinserción de 50.000 guerrilleros y la reconstrucción del país

Los jefes militares de las Fuerzas Armadas angoleñas, general Armando da Cruz Neto, y de la guerrilla de la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA), general Abreu Muengo Ukwachitembo, Kamorteiro, firmaron ayer en Luanda un acuerdo de paz que pone fin a la guerra más larga y cruel del continente africano (13 años contra la descolonización portuguesa y 27 de enfrentamientos civiles). El proceso prevé la convocatoria de elecciones en un plazo máximo de dos años, la reintegración de los 50.000 guerilleros y un plan de emergencia para los cuatro millones de desplazados.

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El secretario general adjunto de Naciones Unidas y consejero para asuntos africanos, Ibrahim Gambari, afirmó ayer que a partir de ahora 'no puede haber disculpas para fallar ni para dar pasos en falso'. Gambari recordó que 'los últimos 27 años han sido trágicos' para el país, pero los angoleños 'merecen ser felicitados por haber abandonado la vía de la muerte, la mutilación y la destrucción'. Este alto funcionario de la ONU lanzó un llamamiento para sustituir la lógica de la violencia por la de la reconciliación y reclamó nuevos esfuerzos para 'enfrentar los desafíos humanitarios'.

El nuevo acuerdo, que restablece los términos del proceso de paz de Lusaka (1994), llega un mes después de la muerte del histórico líder guerrillero Jonas Savimbi y con un país al borde de la catástrofe: cerca de un millón de muertos, cuatro millones de desplazados (un tercio de la población), más de 100.000 mutilados por minas antipersona y 50.000 huérfanos.

La explotación de sus inmensas reservas de petróleo (destinadas a sostener la maquinaria de guerra del Gobierno y a favorecer el enriquecimiento de las familias influyentes del régimen), las florecientes minas de diamantes (fuente de financiación de UNITA) y los inagotables bancos de pesca no han impedido que uno de los países más ricos de África se encuentre en la absoluta miseria. El 82% de la población vive por debajo del índice de la pobreza, la mitad duerme a la intemperie y sólo un 16% tiene acceso a un mínimo servicio de saneamiento y agua corriente.

El presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, afirmó que el Gobierno hará todo lo posible para 'respetar los compromisos adquiridos con el fin de que todos los angoleños se sientan ciudadanos de una misma patria, en la que puedan expresar libremente sus ideas y desarrollar plenamente su personalidad'. Dos Santos, que recientemente anunció el abandono de la política, convocará elecciones en un plazo máximo de dos años y organizará la reintegración social de los 50.000 guerrilleros de UNITA. El plan prevé que una amplia mayoría se integren en las Fuerzas Armadas y en la Policía Nacional.

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Ayuda internacional

El dirigente de UNITA Marcial Dachala apeló a la comunidad internacional para que ayude a los militares de UNITA mediante una formación técnico-profesional, dado que un posible fracaso del plan de reinserción abriría 'un enorme potencial de delincuencia'. El máximo responsable de la guerrilla y coordinador de la recién creada comisión de gestión, el general Paulo Lukamba, Gato, afirmó ayer que 'no hay razones para la desconfianza'. 'La prioridad del momento', aseguró, 'consiste en garantizar que el proceso de paz sea una realidad irreversible, y sólo después nos dedicaremos a poner en orden nuestra casa', una referencia a la posible unificación de la hasta ahora UNITA guerrillera y la UNITA Renovada, un sector disidente que abandonó la lucha armada.

El proceso no va a estar exento de dificultades. El pasado martes, la Asamblea Nacional de Angola aprobó una amnistía general para todos los crímenes cometidos durante la guerra civil por ambos bandos. La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional ha criticado duramente esa ley y defiende el juicio para todos aquellos que cometieron crímenes de guerra y atrocidades. Por otro lado, existen grupos rebeldes aislados que aún no han aceptado esos acuerdos de paz y han perpetrado algunas acciones armadas durante las negociaciones.

Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias deberán establecer con urgencia planes concretos de ayuda a los refugiados y el Gobierno deberá poner en marcha un vasto plan para reconstruir uno de los países má diezmandos de África.

[Este acuerdo de paz en Angola puede tener una influencia decisiva en otros conflictos regionales, como el de la República Democrática de Congo, en el que el apoyo de Luanda al Gobierno de Kinshasa está motivado por la presencia en parte de ese territorio de bases de UNITA. La estabilidad de Angola favorecerá, según los expertos, la estabilidad de Congo y, por extensión, la de los otros actores implicados en los Grandes Lagos como Namibia y Zimbabue.]

[La ministra de Desarrollo Internacional del Reino Unido, Clare Short, de visita oficial en Suráfrica, aseguró ayer que el éxito de acuerdos de paz en los países africanos más ricos puede ser un paso decisivo para sacar a todo el continente de la pobreza en la que se encuentra y abrir perspectivas de una recuperación económica general, informa la agencia Reuters desde Johanesburgo].

El presidente de Angola, Dos Santos (derecha), estrecha la mano del representante de UNITA, Paulo Lukamba.
El presidente de Angola, Dos Santos (derecha), estrecha la mano del representante de UNITA, Paulo Lukamba.EPA

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