'Que sus libros estén en las librerías'
Para María Martín Ampudia, la viuda de Juan García Hortelano, el mejor homenaje sería que sus 'libros estuvieran en las librerías'. Según ella, todo el mundo se ha quedado con la película de que Juan García Hortelano era tan bueno y generoso. 'Sí lo era, también era sagaz e inteligente y tenía mala leche cuando había que tenerla. Flaco favor le ha hecho el ser tan bueno, me gustaría que la persona no tapase a su literatura, que se hiciera más hincapié en su obra. Pero dentro de un siglo le seguirán leyendo'.
Se le debería seguir leyendo como a uno de los grandes escritores españoles de los últimos 50 años. En 1959 publicó su primera novela, Nuevas amistades, de clara vocación testimonial y crítica, sobre el mundo estudiantil universitario. Empleó la técnica llamada objetivista (presentar a sus personajes por sus actos y palabras, sin comentario alguno). Ganó el Premio Biblioteca Breve. Le siguió, en 1962, Tormenta de verano, en la que, en la misma línea, atacaba a la burguesía industrial. Con ella ganó el Premio Formentor. Eran tiempos de realismo social.
No volvió a publicar novela hasta 10 años después: El gran momento de Mary Tribune. El argumento sigue siendo el mismo, la burguesía, pero Hortelano cambia la forma. Donde antes hubo sobrio objetivismo, hay ahora humor, ironía, sarcasmo. En 1979 publicó Vaqueros en el pozo, en la que analiza, también con ironía y sarcasmo, las relaciones entre diferentes clases sociales, y de mayor complejidad formal que las anteriores, complejidad que aumenta en Gramática parda (1982), considerada su mejor novela, en la que con muchos elementos fantásticos, y a partir de un mundo caótico, reflexiona sobre la literatura.
Y cuentos. García Hortelano, además de sus incursiones en la poesía, escribió cuentos maravillosos: Gente de Madrid (1967), Apólogos y milesios (1975), Mucho cuento (1987) o Los archivos secretos (1988), reunidos felizmente en Cuentos completos (Alfaguara, 1997).
Editor también
En su larga etapa de funcionario, García Hortelano pudo ser un 'editor real' durante los cinco años que fue director de publicaciones y secretario del consejo del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU), cuya biblioteca lleva su nombre desde 1993, hoy con unos 6.000 volúmenes, depositada en el Palacio de Zurbano. Como editor, intervino sobre todo en la Biblioteca CEHOPU, al preparar manuscritos e ilustraciones de monografías de la historia de la ingeniería de obras públicas, como las de Ginés Martínez de Aranda y Cristóbal de Rojas, un catálogo de puentes españoles y puertos en América.
Babelia
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