Sombras en el país del sol

Para José María Aznar ha empezado bien el año. Su país desempeña la presidencia de la Unión Europea, lo que ayuda al orgulloso presidente del Gobierno a mostrar al mundo que España ya forma parte de las naciones política y económicamente influyentes. Durante decenios, España se consideró un socio poco seguro, con tasas de inflación desbordadas, elevado desempleo y una montaña de deudas. Pero, a pesar de la debilidad económica mundial, el PIB español crecerá este año en torno al 2% (...) y el año pasado ya se alcanzó el equilibrio presupuestario.

Sin embargo, la expansión económica española no ha podido resolver problemas esenciales. España sigue careciendo de una industria propia y, en comparación con los países de la UE, la productividad es extremadamente baja. Además, existe un fuerte desempleo. Y al menos un punto del crecimiento del PIB hay que atribuirlo a las subvenciones de la UE. Hasta el año 2006 España (...) seguirá ingresando ayudas estructurales por valor de 26 millardos de euros. Hasta el momento, Aznar ha financiado con ellas grandes proyectos que han aportado al sector de la construcción ganancias históricas. ¿Pero qué hacer cuando dejen de percibirse las ayudas?

Lo mejor es no pensar en ello y al menos intentar seguir sacando tanto como sea posible. Un peligroso juego diplomático. Pues quien, como Aznar, haga demostración de fuerza en Bruselas y pretenda al mismo tiempo marchar al lado de Alemania, Francia y el Reino Unido no puede seguir reclamando ayuda financiera en Bruselas.

Stefanie Müller

Hamburgo, 28 de marzo