Berlusconi cita a sus embajadores para hablar de inmigración
El primer encuentro de trabajo para discutir los problemas de la inmigración clandestina se celebrará hoy en el Ministerio de Exteriores italiano. El titular de la cartera, Silvio Berlusconi -que guía además el Ejecutivo-, ha convocado a los embajadores italianos en Egipto, Chipre, Líbano, Pakistán, Sri Lanka, Siria y Turquía, para analizar con ellos la situación en dichos países, de donde proceden gran parte de los inmigrantes que desembarcan en las costas italianas.
El Gobierno aprobó el miércoles el estado de emergencia en todo el país para hacer frente a la afluencia masiva de clandestinos, a raíz de la llegada, el lunes, de un barco con casi mil iraquíes de etnia kurda. Entre las medidas contempladas figuraba la convocatoria de los embajadores, además del nombramiento de un comisario extraordinario para hacer frente al problema.
El Ejecutivo no ha precisado cuál será la duración del estado de emergencia ni ha detallado en qué consistirán las iniciativas que deberá tomar el comisario extraordinario que será nombrado para aplicarlas. Todo lo que se sabe es que la situación especial permitirá a las autoridades locales, especialmente a las policiales, abrir centros de acogida sin tener que recorrer el habitual camino burocrático.
Sanciones económicas
El Gobierno de Berlusconi, que amenazó a los países que no ejercen el debido control sobre los flujos migratorios que parten de su territorio con sanciones económicas, ha tomado esta iniciativa a raíz de la violenta denuncia del ministro para las Reformas y líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, que ha hecho de las invectivas contra los inmigrantes una de las piedras angulares de su política.
En vísperas de la campaña para las elecciones municipales de mayo, la Liga Norte necesita más visibilidad en el Gobierno de Berlusconi de la que ha tenido hasta el momento y el problema de los inmigrantes le ha ofrecido una excelente oportunidad de figurar.
Italia, con más de siete mil kilómetros de costa y una posición geográfica estratégica para las embarcaciones que parten de Turquía o de Chipre, no se encuentra en condiciones de proteger sus fronteras, que, según explicó el propio Berlusconi, 'son las fronteras de Europa'. El año pasado desembarcaron 20.000 inmigrantes clandestinos en las costas del país, desplazándose muchos de ellos a otras naciones europeas.
Italia está lejos de ser el país europeo con más inmigrantes, situándose percentualmente por debajo de España, con poco más de un millón de extranjeros sobre una población de 57 millones de habitantes. En cuanto a los sin papeles, las organizaciones humanitarias, como Cáritas, sitúan la cifra en torno a los 300.000.
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