Seguridad bajo mínimos en Heathrow

Dos individuos burlaron ayer las medidas de seguridad del aeropuerto de Heathrow y se dieron a la fuga con un botín estimado en 3,2 millones de dólares (más de 3,7 millones de euros). Sin utilizar armas de fuego ni excesiva violencia, los atracadores redujeron al conductor de una furgoneta blindada que acababa de recoger los billetes de dólares de un vuelo de Aerolíneas Surafricanas procedente de Johanesburgo. Es la segunda vez en menos de cinco semanas que se produce un atraco en el recinto de alta seguridad del principal aeropuerto de Londres.

Tan sólo algunos pequeños detalles diferencian la planificación y ejecución de ambos robos. En los dos casos, los atracadores superaron sin dificultad unos controles de seguridad reforzados desde el 11 de septiembre. No se utilizaron armas de fuego y los malhechores entraron en acción una vez que el objetivo, divisa norteamericana en ambas ocasiones, se había trasladado del avión a una furgoneta.

Los autores del primer atraco, el 11 de febrero, entraron y salieron de la terminal de Heathrow en su propia furgoneta, que habían pintado con el logo de British Airways. Ayer, se hicieron con el vehículo de una compañía de seguridad y se dieron a la fuga sin levantar sospechas.

Se estima que los atracadores, todos ellos de origen asiático, contaban con pases de seguridad y habían accedido a información confidencial. Fueron quizá golpes de suerte, pero han dejado en ridículo a las autoridades del aeropuerto y al Gobierno británico. Ponen de relieve la vulnerabilidad de Heathrow en un periodo de alerta máxima. Expertos en aviación advertían ayer de que se necesita menos tiempo para colocar una bomba en un avión o en la pista de aterrizaje que en perpetrar un robo.

Heathrow emplea a 68.000 personas, la mayoría con pases de acceso a zonas vetadas al público. El Ministerio de Transporte dicta los requisitos de seguridad, que debe poner en práctica BBA, la compañía privada propietaria de los principales aeropuertos privados. La BBA distribuye los pases pero son las propias empresas que operan en Heathrow las que verifican la identidad y antecedentes de sus empleados. Estos controles no siempre son rigurosos y, al menos en una ocasión, el pasado 2000, un periodista británico consiguió un pase proporcionando datos falsos.

Mientras el Gobierno guardaba ayer silencio ante el segundo fallo en la seguridad de Heathrow, la policía de Londres detuvo a un individuo como resultado de las investigaciones del primer atraco. La relación con el golpe de ayer es tan estrecha que bien podría tratarse de una red cuyos integrantes trabajan en Heathrow. 'El acceso a zonas restringidas del aeropuerto debe controlarse estrictamente', dijo un portavoz ministerial.

Por su parte, el ministro de Irlanda del Norte, John Reid, puso en marcha una investigación independiente para resolver el robo de documentos confidenciales en un centro de alta seguridad de Belfast. Con posible información sobre confidentes de la policía, no se descarta la autoría de alguna rama de los servicios de Inteligencia.