La UE se feija la meta de crear 20 millones de empleos para 2010
Los Quince plantean incentivos fiscales para los trabajos destinados a mayores de 55 años
Con 13,4 millones de parados en la Unión Europea, los líderes de los Quince llegan a la cumbre de Barcelona de los próximos días 15 y 16 con la meta compartida de que en el año 2010 se consiga el pleno empleo, traducido en una tasa global del 70% de la población, casi seis puntos más que ahora. Para ello, deben crearse unos 20 millones de nuevos puestos de trabajo.
Pero si los objetivos son claros, las estrategias difieren: mientras España, Italia y el Reino Unido hacen hincapié en reformar y flexibilizar el mercado laboral, Francia y Alemania insisten en que debe mantenerse la cohesión social.
En España la tasa de empleo entre las mujeres es del 40,3% frente a la media europea del 54%
De esos 20 millones de puestos de trabajo, entre 11 y 12 millones deberán ser ocupados por mujeres y cinco por personas con más de 55 años, porque son ésos los dos sectores de la población más afectados por el paro. De hecho, en la cumbre de Lisboa de 2000 los Quince pactaron que, junto a la tasa global del 70% de empleo (hoy del 63,9%, sólo siete décimas más que hace dos años), el porcentaje en el caso de las mujeres fuera del 60% (hoy en el 54,7%) y llegara al 50% (hoy 38,3%) en los hombres y mujeres de más de 55 años.
Desde Lisboa, en marzo de 2000, hasta hoy, los datos apenas han mejorado y, por tanto, está claro que la UE no cumplirá su objetivo si no varía la tendencia. Los Estados se escudan, entre otras razones, en el frenazo del crecimiento económico sufrido el año pasado. La meta para 2010 está basada en un crecimiento mínimo anual del 3%, pero el año pasado fue del 1,6% y este año será similar. Por primera vez desde 1997, la Comisión Europea prevé que este año aumente el número de parados en la zona euro de forma que la tasa de desempleo pase del 8,3% al 8,6% (cerca de medio millón más de desempleados).
En este capítulo, España sigue ocupando la tasa más elevada de la Unión, con un 12,8% de parados en enero pasado, según Eurostat, a pesar de haber creado un millón de nuevos puestos en los dos últimos años, si bien Bruselas critica a Madrid porque tres de cada diez contratos son temporales. El Ejecutivo comunitario es especialmente crítico con España al valorar las tasas en empleo femenino y juvenil: en 2000, la tasa de empleo entre los hombres fue del 69,9%, pero entre las mujeres se mantuvo en el 40,3%, cuando la media europea fue del 54%, mientras el desempleo juvenil fue ese año del 11,4% (7,8% de media en la Unión).
Para hacer frente a estos preocupantes datos, la cumbre de Barcelona se plantea aprobar una serie de iniciativas que van desde el fomento de los incentivos fiscales para puestos de trabajo destinados a los mayores de 55 años hasta la creación de guarderías o servicios para ancianos de modo que se favorezca el acceso al mercado laboral de personas responsables del cuidado de otras, pasando por la necesidad de una formación permanente de los empleados y la efectiva integración de la mujer en igualdad de condiciones.
También se propone a los líderes la reducción o eliminación de los incentivos a la jubilación anticipada. Hoy, la edad media efectiva de jubilación en la Unión Europea es de 58 años, pero se pretende retrasarla al menos a los 60. 'La jubilación debe ser voluntaria, gradual y flexible', ha asegurado el ministro español de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, en el último Consejo de Ministros de Empleo.
El objetivo del pleno empleo para 2010, basado también en una flexibilidad del mercado laboral por la que apuestan José María Aznar, Silvio Berlusconi y Tony Blair, ha puesto de manifiesto también otras sensibilidades en la UE, especialmente por parte del canciller alemán Gerhard Schröder y del primer ministro francés, Lionel Jospin. Schröder afirmó la pasada semana ante Aznar que debe haber 'un equilibrio entre la liberalización de los mercados y la responsabilidad social'.
En un documento con las posiciones oficiales francesas ante la cumbre de Barcelona, se cita una decena de veces la necesidad de respetar la cohesión social europea y se hace referencia a conceptos que no están en primera línea de la reunión de líderes, como las pensiones, la calidad de los puestos de trabajo o la seguridad y la sanidad en el trabajo.
Pese a estas diferentes sensibilidades, será el capítulo del empleo, el más destacado en estos días por Aznar, el que será bendecido por los Quince sin problemas. La única duda es si los compromisos serán concretos, con fechas y metas fijas.
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