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Cada vez más niños prematuros

La tasa de nacimientos antes de término en España supera ya el 5% fijado por la OMS como estándar de calidad

Cada vez hay más bebés que nacen antes de tiempo. En los últimos años la tasa de prematuridad ha ido creciendo en España a un ritmo constante y los expertos no esperan que la tendencia se detenga en el futuro. Los datos de las diferentes instituciones sanitarias apuntan en la misma dirección, aunque cuantifican el problema de distinta forma.

Según el Insalud, en 1996 los nacimientos prematuros en sus hospitales representaban el 3,69% del total de nacimientos, mientras que en 2001 la cifra aumenta hasta el 5,46%. En cambio, la experiencia del servicio de neonatología de un hospital terciario como el Clínico San Carlos de Madrid ofrece datos más elevados: la tasa de partos adelantados era en 1992 del 8,2%, y en 2001 alcanza el 10,35% del total de nacimientos, doblando así la recomendación de la OMS, que fija el estándar de calidad en el 5%.

Por debajo de las 37 semanas, cada día de menos es vital para el porvenir del bebé
A las patologías de la inmadurez se une la agresividad terapéutica de los tratamientos

Ante la falta de cifras precisas, la Sociedad Española de Neonatología (SEN) impulsa la creación de una base de datos que permitirá conocer tanto el número de nacimientos prematuros en España como su calidad de vida de los bebés.

Un niño prematuro es el que nace antes de las 37 semanas de gestación, teniendo en cuenta que un embarazo sin incidencias dura 40 semanas. Aunque las 37 semanas representan el límite aceptado por la comunidad científica, existen toda una serie de factores que determinan el grado de prematuridad del bebé. La ecografía fetal ha permitido fijar con exactitud la duración de la gestación y, así, clasificar a los niños en función de la edad gestacional y su crecimiento intrauterino. Esta clasificación resulta muy valiosa, ya que, por debajo de las 37 semanas de embarazo, cada semana, e incluso cada día, resulta crucial para la morbilidad y la mortalidad del bebé.

'Los prematuros sufren más complicaciones que el resto de los neonatos y mayores tasas de mortalidad. De hecho, la prematuridad y el bajo peso al nacer son la primera causa de muerte perinatal', explica Lluís Cabero, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. 'Si entendemos que prematuro es aquel que tiene muchas posibilidades de tener complicaciones, el límite de la prematuridad ya no está en la semana 37, sino que bajamos a la semana 35, 34 o 33. Si además eliminamos a aquellos bebés que tienen problemas que podemos solucionar, y tenemos sólo en cuenta los de más difícil pronóstico, entonces bajamos a las 28 semanas', asegura Cabero, jefe del servicio de medicina materno-fetal del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Los niños que nacen antes de las 28 semanas, no obstante, también han aumentado en los últimos 10 años. Si en 1992 el número de nacimientos por debajo de las 28 semanas y con un peso inferior a los 1.500 gramos representaba el 1,8% del total de nacidos en España, en 2001 la cifra llega al 2,86%, según Manuel Moro, jefe del servicio de neonatología del hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la SEN.

El aumento de los nacimientos pretérmino, al igual que el incremento de los nacimientos por cesárea, es la consecuencia de los cambios sociales y técnicos operados sobre el fenómeno de la maternidad en los últimos años. 'Antes, padecer determinadas enfermedades inducía cierto temor en las mujeres a la hora de quedarse embarazadas. Hoy día una mujer diabética, hipertensa grave o con algún tipo de cardiopatía o inmunopatía no tiene prohibida la maternidad, ya que la tecnología permite resolver de forma satisfactoria el embarazo. Pero las mujeres con este tipo de patologías tienen una elevada probabilidad de tener niños prematuros', explica Cabero.

Otra de las causas es el incremento de los embarazos múltiples. Por un lado, los tratamientos de fertilización provocan un aumento de los embarazos con más de un feto. Por otro lado, se están incrementando también los embarazos múltiples espontáneos. 'Todavía no sabemos muy bien por qué ocurre esto. Tal vez sea porque cada vez las mujeres acceden a la maternidad más tarde. En estos momentos la edad media del primer embarazo se sitúa en 30,7 años. De hecho, el 30% de las mujeres que esperan un hijo por primera vez ya tienen más de 35 años. Por encima de esa edad los embarazos múltiples son más frecuentes, y en ellos el parto tiene lugar, por regla general, antes de las 38 semanas', afirma Cabero.

'Por otra parte, la mejora de los servicios de neonatología hace posible que provoquemos nacimientos prematuros. Si un bebé tiene una complicación que podemos tratar de forma más adecuada fuera, y que, por tanto, tiene más posibilidades de supervivencia fuera que dentro del útero, lo extraemos antes de que finalice el periodo de gestación. La tecnología de los equipos neonatológicos nos lo permite. En el hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, nacieron el año pasado cuatro niños de menos de 400 gramos que han sobrevivido de forma muy satisfactoria', explica Cabero. Pero el número de fallecimientos todavía es importante. Entre los niños que pesan 500 gramos la tasa de mortalidad es del 60%. De los bebés que pesan entre 750 y 999 gramos fallece un 25%. Una cifra que se reduce hasta el 15% en los neonatos entre 1.000 y 1.249 gramos. A partir de los 1.250 gramos casi todos los niños sobreviven, según Moro.

La muerte no es más que el corolario de toda una serie de posibles complicaciones asociadas a la prematuridad al nacer. Con menos de 37 semanas de gestación, y mucho más con menos de 28, el organismo es todavía inmaduro. Los órganos no están preparados para la vida autónoma fuera del útero materno. 'Los niños de 28 semanas y menos de 1.500 gramos presentan frecuentemente dificultad para respirar, algo que puede dar lugar al fracaso respiratorio', explica Moro. 'Afortunadamente, estas complicaciones se resuelven utilizando la ventilación mecánica y administrando corticoides o surfactante exógeno al feto para madurar sus pulmones. Con ello, el pronóstico de estas patologías ha cambiado, si bien, en contrapartida, algunos de los niños supervivientes desarrollan la enfermedad pulmonar crónica', añade.

Diversos problemas cardiovasculares pueden provocar hemorragias intracraneales y fenómenos de isquemia cerebral que van a ser el sustrato de las secuelas neurológicas que presentan algunos de estos pequeños. Además, en muchos casos la inmadurez del aparato digestivo dificulta la alimentación en un momento crucial. La deficiencia de cualquier nutriente esencial puede ser muy peligrosa. Por ello, cuando la nutrición enteral no es posible hay que acudir a la vía intravenosa.

También tienen complicaciones inmunológicas. 'Las peculiaridades del sistema inmune en estos niños de muy bajo peso hace que sean muy proclives a las infecciones, las cuales complican el pronóstico y alargan la estancia hospitalaria', explica Moro.

A las patologías que genera la inmadurez se une la agresividad terapéutica de los tratamientos que pretenden combatirla. Las deficiencias respiratorias, cardiológicas, digestivas e inmunológicas requieren unas intervenciones que en algunos casos acaban provocando nuevas lesiones al bebé. 'Por ejemplo, los niños de menos de 28 semanas que reciben grandes cantidades de oxígeno para solventar sus problemas respiratorios pueden, en determinados casos, presentar una afectación de la retina conocida como retinopatía de la prematuridad', indica Moro.

Estudio de las secuelas

Existe todavía un profundo desconocimiento sobre cuáles son las secuelas que provoca la prematuridad en la salud del bebé. Para conocer esta realidad y poder incidir en su corrección, la Sociedad Española de Neonatología (SEN) está creando una base de datos con el objetivo de saber cuántos de los supervivientes de menos de 1.500 gramos de peso presentan secuelas motoras, intelectuales, cognitivas, neurosensoriales y conductuales. 'El objetivo es tener cifras exactas, propias de nuestro país, sobre la mortalidad y morbilidad de estos niños, sobre los aspectos demográficos y sociales que intervienen, así como su estado de salud a los dos años de edad', explica Manuel Moro, presidente de la SEN. El proyecto, en el que participan 60 unidades de cuidados intensivos neonatales de toda España, ofrecerá los primeros resultados a finales del año 2003. 'Entonces podremos conocer cuál es la calidad de vida de los prematuros y qué tipo de secuelas padecen', afirma Moro. Otro de los objetivos con el que trabaja la SEN es el de facilitar el contacto y el vínculo entre los padres y los neonatos inmaduros que deben soportar largos periodos de hospitalización. 'Desde la sociedad queremos fomentar y favorecer la presencia de los padres en las unidades de cuidados intensivos para que estén, desde el primer momento, al lado de sus hijos. Asimismo, hemos promocionado la creación de asociaciones de padres de niños prematuros y la publicación del libro Manual para padres de niños prematuros, explica Moro.

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