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Un hombre asesina a su compañera de una cuchillada en el cuello y se entrega a la policía

La víctima, de 28 años, falleció desangrada al sufrir un corte en la arteria carótida

F. Javier Barroso

La violencia doméstica arrojó una nueva tragedia anoche en Madrid. Blanca Avilés, de 28 años y origen ecuatoriano, murió en una pensión ilegal de la calle del Desengaño, en el distrito de Centro, después de que su compañero sentimental le asestara una cuchillada en el cuello. Cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar, la mujer ya había fallecido desangrada. Su agresor, Milton V., de 36 años, llamó desde su propio teléfono móvil al 091 y explicó que acababa de dar muerte a su compañera. Se entregó sin ofrecer resistencia a los agentes de la comisaría de Centro.

El homicidio se produjo a las 19.55 en el número 14 de la calle del Desengaño, justo detrás de la Gran Vía y semiesquina a la calle de la Ballesta. Milton, también ecuatoriano, había subido con la mujer a una habitación del primer piso, que funciona como una pensión. Ésta alquila las habitaciones por horas a las prostitutas que ejercen por la zona. Sus responsables no toman las identidades de las personas que se hospedan en el establecimiento, según reconocen algunos de sus empleados.

La pareja había pagado 7,2 euros por pasar una hora allí, y entraron, pasadas las siete de la tarde, a una de las estancias que estaban al fondo del piso. Todo parecía transcurrir tranquilo, pero de repente Milton salió de la habitación. Llevaba su teléfono móvil en la mano y empezó a preguntar a gritos cuál era la dirección exacta del inmueble. La dueña, Maruja, le preguntó el motivo. 'Acabo de matar a mi mujer y estoy llamando a la policía', espetó el supuesto homicida.

La dueña de la pensión se quedó estupefacta por la revelación del huésped. Se asomó a la habitación y vio un enorme charco de sangre. Blanca estaba caída en el suelo. Mientras, Milton continuaba hablando con la policía a través de su móvil. 'Él estuvo muy tranquilo durante todo el tiempo. Iba completamente vestido y llevaba manchado el pantalón de sangre a la altura de la cremallera. En ningún momento perdió la compostura', afirmó una testigo que vio toda la escena.

Dos agentes de la comisaría de Centro, que estaban destacados en las proximidades, subieron a la carrera al primer piso. Cuando llamaron a la puerta, la dueña les aseguró que no pasaba nada. Los policías insistieron en entrar y recorrieron la pensión hasta llegar adonde se encontraba Milton. Éste les relató todo lo que había sucedido, pero no quiso explicar por qué había asesinado a su compañera.

Los policías solicitaron la presencia inmediata de una UVI móvil para intentar reanimar a la víctima. Hasta el lugar se desplazó una ambulancia del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa). El médico de la dotación sólo pudo certificar el fallecimiento, ya que la mujer se había desangrado, según un portavoz de Emergencias 112. La grave herida incisocontusa que le seccionó la arteria carótida hizo que perdiera gran cantidad de sangre en un par de minutos. Cuando llegaron los facultativos, Blanca todavía tenía el cuchillo clavado en el cuello.

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Los policías esposaron al supuesto homicida y lo trasladaron al Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía, donde hoy se le tomará declaración. Mientras, el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense. Tanto la víctima como el supuesto homicida carecen de antecedentes, según fuentes policiales.

Supuestas infidelidades

Los vecinos de la calle del Desengaño señalaron que Blanca no era conocida como prostituta habitual de la zona. Varias mujeres añadieron que era la primera vez que la habían visto por el barrio. La policía descarta, en principio, que la fallecida ejerciera la prostitución, y el móvil apunta a un asunto de infidelidades dentro de la pareja. 'Él era habitual de la zona. Cada dos o tres semanas se iba con alguna chica. A mí me llegó a ofrecer dinero si me acostaba con él. Como le dije que no, me empezó a insultar', comentó una limpiadora, también de origen ecuatoriano.

Varios vecinos de la zona explicaron que la pensión del número 14 de la calle del Desengaño es una de las más conflictivas de la zona, ya que las prostitutas van allí a prestar sus servicios y son frecuentes las peleas y las riñas con los clientes. 'La dueña no cambia ni las sábanas cuando se marchan los clientes. Tan sólo se dedica a cobrarles, y no se encarga de que haya orden en el local', aseguraron esos vecinos.

Primera muerte en 2002

La muerte de Blanca Avilés es el primer homicidio por violencia doméstica ocurrido este año. En 2001, siete mujeres murieron a manos de sus compañeros. El primer homicidio de este tipo el año pasado se produjo en Carabanchel el 4 de abril, cuando María Isabel Santos, de 26 años, fue asesinada por su novio de siete puñaladas en la pizzería donde trabajaba. Shiam Banissa, una marroquí de 24 años, murió acuchillada el 7 de junio en el barrio de Tetuán. Ese día se halló también el cuerpo de Raquel Chaves, de 40 años, en la depuradora de San Agustín de Guadalix. El cuarto caso se produjo el 7 de julio en Villaverde: María Luisa Reyes, de 47 años, fue apuñalada por José Luis Muñoz, su ex cónyuge. Susana Valdivia, de 27 años, falleció al ser golpeada por su ex novio el 20 de octubre. El 1 de diciembre, la ucrania Mariya Mapid, de 40 años, fue asfixiada por su compañero H. Z. Seis días después, Juana Alejandra A. M., de 34 años, murió apuñalada por su compañero Brumel Cristóbal R. C., de 33. La muerte de Blanca eleva a 11 los homicidios registrados en la región en 2002. En la misma fecha de 2001 se habían producido 15.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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