Un poco de paciencia
En las últimas semanas se vienen conociendo datos de la economía norteamericana que parecen indicar que su recuperación está en marcha, mucho antes y con más fuerza de lo que todos presumíamos tras los sucesos del 11 de septiembre. Es posible, aunque sigo pensando que dicha recuperación no llegará muy lejos. Estos datos y algunos indicadores recientes de los que se consideran adelantados (opiniones empresariales sobre las perspectivas para los próximos meses) han dado pie también en Europa al optimismo. Todo ello ha coincidido en España con la publicación del índice de producción industrial (IPI) del mes de enero, que tras tasas negativas durante prácticamente todo el pasado año (-6% en diciembre), ha registrado un crecimiento interanual del 0,5% (gráfico izquierdo), dando pie a manifestaciones demasiado optimistas.
Los datos no indican que la recuperación se haya iniciado, pero se puede producir en la segunda mitad del año
Es cierto que este dato ha superado ampliamente las previsiones. Pero, precisamente por ello, hay que tomarlo con cautela. Es uno de esos datos que los analistas calificamos de atípicos, de los que apenas pueden sacarse conclusiones, por salirse demasiado de la tendencia o del intervalo aceptable como significativo. Puede tener, sin embargo, alguna explicación. Durante noviembre y diciembre la producción industrial registró una fuerte caída, que posiblemente se debiera a un ajuste de existencias, situadas por encima de las deseadas por los fabricantes. Una vez terminado este proceso, la producción recupera un mayor ritmo. Ahora bien, esto no significa que a partir de ahora se acelere. Ello dependerá de la marcha de la demanda interna y externa, y en este sentido los últimos datos conocidos esta semana no alientan al optimismo.
Como se ve en el gráfico del centro, las ventas de automóviles, que durante el pasado año mantuvieron una tendencia creciente, con tasas de variación interanual de casi el 10% en el último trimestre, se han dado la vuelta y han caído un 7,4% en febrero. Ahora está claro que la razón del fuerte crecimiento anterior era la afloración de dinero oculto fiscalmente, lo que va a producir, como era de prever, un retroceso de las ventas una vez finalizada la transición al euro. Esto puede hacerse extensivo a otros bienes de consumo duradero. En general, las perspectivas del consumo son de moderación en los próximos meses, como adelanta el Indicador de Confianza de los Consumidores.
Ello es consecuencia no sólo de la finalización del fenómeno de afloración de dinero oculto, sino de la desaceleración del ritmo de creación de empleo. Las afiliaciones a la Seguridad Social aumentaron en febrero, pero en mucha menor medida que un año antes. La tasa de variación anual se desaceleró al 3,1% desde el 3,4% en enero. Por su parte, el paro registrado en las oficinas del Inem aumentó en febrero en 14.300 personas, cuando un año antes había disminuido en 21.800. Febrero es un mes significativo, pues en él se inicia el periodo estacional favorable a la disminución del paro.
En resumen, los datos no indican todavía que la recuperación se haya iniciado, pero tengamos un poco de paciencia, probablemente se produzca en la segunda mitad del año.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).
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