La Guardia Civil desarticula otro 'comando' en Navarra
Los detenidos proceden de Jarrai, Askatasuna y el sindicato LAB
La Guardia Civil detuvo ayer en Pamplona a cinco presuntos miembros del comando Urbasa, la segunda pata del despliegue etarra en Navarra, al que se considera responsable del asesinato en Leitza del concejal de UPN José Javier Múgica y de la colocación de una bomba trampa en una oficina de Correos de Alsasua. La operación fue posible por la extraña actuación de Alberto Viedma Morillas, miembro del comando Ekaitza, desarticulado esta semana en la comunidad foral, quien en lugar de huir se escondió en un piso del otro comando en Pamplona.
Viedma, de 28 años y dirigente de Askatasuna (la organización de apoyo a los presos de ETA sucesora de Gestoras pro Amnistía), participó como miembro del Ekaitza en los asesinatos del portavoz de Unión del Pueblo Navarro en Pamplona, Tomás Caballero, y del subteniente del Ejército Francisco Casanova. Además, está involucrado en los atentados fallidos con bombas lapa contra el parlamentario de UPN Evelio Gil y el subteniente del Ejército José Díaz Pareja.
Viedma, detenido en 1996 por atacar entidades bancarias y puesto en libertad con una fianza de 200.000 pesetas, huyó el 21 de febrero de la operación policial en la que fueron detenidos sus tres compañeros del comando Ekaitza, los hermanos Mikel e Ibai Ayensa y Francisco Javier Ruiz, todos ellos ya en prisión. La Guardia Civil sospechaba que Viedma habría dejado España, pero en ningún caso que se hubiera quedado en Pamplona. El instituto armado, no obstante, mantenía el operativo anti ETA en Navarra ante la certeza de que la banda disponía de un segundo comando en la zona.
Tras seis días de búsqueda, Viedma, cuya foto había sido difundida por los medios de comunicación, fue localizado y detenido ayer en Pamplona, oculto en uno de los pisos de que disponía el comando Urbasa: tres en la capital navarra y de otro en Oloriz. 'Es extraño que el miembro de un comando se refugie en un piso de otro grupo, como es rarísimo que Mikel Soto Nolasco y Sinara Gorostiaga Escubi [capturados el día 24], en lugar de huir, fueran a visitar a un preso a la cárcel de Castellón', explicó ayer Santiago López Valdivielso, director general de la Guardia Civil.
En un piso de la calle del Carmen, en el casco histórico de la ciudad, fueron detenidos Ana María Pérez Nievas, de 32 años, que en 1992 era militante de Jarrai 1992, y su compañero Eneko Yurramendi Alemán, natural de San Sebastián, de 31, que también estuvo integrado en dicha organización juvenil. Además, Pérez Nievas fue hasta hace un año asesora laboral del sector de la construcción del sindicato LAB en Navarra, organización a la que también pertenecía Arturo Fernández Garcés, detenido el lunes en Zuasti.
Atentados esclarecidos
En la calle Virgen del Puy del barrio de San Juan de la capital navarra se detuvo a Presentación Sola Campillo, de 21 años y Jorge Chocarro Zoco, de 22, también dirigente de Askatasuna, coautor de un ataque incendiario en 1996 contra un concesionario Renault de Burlada. Contra Chocarro existía una orden de procesamiento como dirigente de Haika, dictada en noviembre por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
Fuentes de la lucha antiterrorista indicaron que la doble desarticulación ha permitido esclarecer todos los atentados cometidos en Navarra durante los últimos dos años, incluido el asesinato del edil de UPN en Leitza José Javier Múgica Astibia, perpetrado con una bomba lapa el 14 de julio de 2001. El último atentado cometido en la comunidad foral fue la destrucción con 30 kilos de dinamita de la discoteca Universal de Lakuntza, el 28 de septiembre.
Desde entonces, el Urbasa y el Ekaitza se habían dedicado a recabar información, que en muchos casos tenían ya muy elaborada, sobre dirigentes locales, autonómicos y nacionales de UPN, objetivo obsesivo de los dos comandos, y sobre un funcionario de prisiones, que iba a ser la próxima víctima. Los nombres de ambos grupos figuraban en la agenda del dirigente de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, detenido en Francia el 22 de enero de 2001, quien reclutó para la banda a un centenar de jóvenes fogueados en el terrorismo callejero. La mitad de esos comandos, escasamente adiestrados para la vida en clandestinidad, han sido desarticulados.
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