Desarticulado el 'comando Nafarroa' cuando preparaba un atentado

La Guardia Civil frustró ayer, por segunda vez en los últimos meses, el intento de la organización terrorista ETA de asesinar en Navarra. Desarticuló la estructura del reconstituido comando Nafarroa, que pretendía atentar uno de estos días contra un funcionario de la prisión de Pamplona, y detuvo a sus seis presuntos integrantes. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, aseguró que la Guardia Civil sospechó de estos presuntos terroristas -que no están fichados por la policía- al realizar tareas de contravigilancia sobre posibles objetivos de ETA que no cuentan con escolta permanente.

Los seis presuntos miembros legales (sin fichar) de ETA, tres hombres y tres mujeres, fueron detenidos en Pamplona y en localidades próximas en una operación desarrollada de madrugada y coordinada por el titular del juzgado central número 1 de la Audiencia Nacional, Guillermo Ruiz Polanco. El director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, se trasladó en la tarde de ayer a Pamplona para conocer detalles de la operación, que calificó de 'delicada' y 'limpia' y en la que participaron más de 120 miembros de los servicios de información y antiterroristas del instituto armado. Según López Valdivielso, la operación, ya cerrada, evitó que el comando cometiera su primer atentado.

Rajoy adelantó por la mañana en Madrid que ese posible atentado podría haberse cometido 'en cualquier momento, hoy o dentro de siete días', pues los detenidos tenían perfectamente montada una bomba lapa y también cargadas y con munición las armas incautadas: un subfusil MATT, tres pistolas Browning y una escopeta de cañones recortados, así como abundante munición SBP 9 milímetros y SF, y 15 cartuchos de postas. Los presuntos etarras también contaban con temporizadores, teléfonos móviles, una placa policial de la Ertzaintza, manuales de ETA sobre explosivos, material electrónico, capuchas y diversa documentación.

Dos detenidos en 1996

Los detenidos son los hermanos Miguel Javier e Ibai Ayensa Laborda (de 28 y 24 años, respectivamente), Francisco Javier Ruiz Romero (de 28 años), Iratxe Sanz (de 26 años), María Couso (de 25 años) y Eneka Royo (de 25 años). Los tres hombres fueron miembros de Jarrai y participaron en diversos actos de violencia callejera. Ibai Ayensa y Francisco Javier Ruiz fueron detenidos en 1996 por el ataque con artefactos incendiarios contra un concesionario de vehículos en la localidad navarra de Burlada. Ambos ingresaron en prisión por aquellos desórdenes públicos: Ayensa salió un día después en libertad provisional y Ruiz estuvo dos meses encarcelado. No constan antecedentes de las tres mujeres.

El ministro Rajoy calificó la operación de 'golpe muy serio a ETA en Navarra', pero apostilló que de ello no se puede inferir que se haya desarticulado por completo la infraestructura de la banda terrorista en esa comunidad autónoma. Rajoy añadió que este comando no tenía relación con el desarticulado en noviembre, extremo confirmado por López Valdivielso. El director general de la Guardia Civil no desmintió que el objetivo inmediato fuera un trabajador de la prisión de Pamplona, al que los detenidos habrían estado siguiendo, aunque recordó que los terroristas vigilaron también los cuarteles policiales de la ciudad.

Aunque Rajoy dio por hecho que la operación de ayer permitió desarticular un comando que aún no había empezado su actividad criminal, los responsables de Interior están a la espera de que el análisis del armamento intervenido pueda aclarar alguno de los atentados cometidos en Navarra en los últimos años. Por ejemplo, la bomba lapa incautada es muy similar a la que ETA colocó en los bajos del vehículo particular del subteniente del Ejército José Díaz Pareja. Ese atentado, cometido el 24 de enero de 2001 en Zizur Mayor, junto a Pamplona, resultó frustrado ya que el medio kilo de cloratita del artefacto no estalló al fallar el mecanismo de activación.

El operativo policial de ayer se llevó a cabo simultáneamente en Pamplona, Aizoain y Burlada, con el registro de cuatro viviendas utilizadas por los miembros del comando Nafarroa, desarticulado ayer por séptima vez.

El pasado 26 de noviembre, el dispositivo de vigilancia desplegado por la Guardia Civil en la estación de autobuses de San Sebastián permitió la detención en Pamplona, tras un enfrentamiento armado, del etarra Jorge Olaitz Rodríguez. Su acompañante, también miembro del que se iba a denominar comando Kroma, Iñaki Vallejo, logró huir al apoderarse de un vehículo tras amenazar con su arma al conductor.

Ahora, el servicio de contravigilancia, montado por agentes del servicio de información de la Guardia Civil en el entorno de la cárcel de Pamplona y el colindante Palacio de Justicia para la protección de posibles objetivos que carecen de escolta policial permanente, permitió localizar a un joven que vigilaba el lugar realizando 'movimientos extraños'. Según fuentes policiales, los detenidos habían seguido a un funcionario de prisiones. La localización del presunto terrorista permitió comprobar su conexión con otras personas con las que vigilaba también el entorno del Parque de la Media Luna, cerca de los cuarteles del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Foral de Navarra. La Guardia Civil realizó un intenso seguimiento de los tres coches y una motocicleta usados por los presuntos terroristas.

Fin de la vigilancia

Los agentes constataron hace varias semanas que el comando cesó en su vigilancia. Fue entonces cuando se decidieron a actuar al sospechar que podían cometer un atentado de forma inmediata tras haber recabado la información precisa para ello.

La operación antiterrorista comenzó a las cuatro de la madrugada de ayer. En el barrio de Iturrama de Pamplona fue detenida María Couso Sagardía, de 25 años. En Mendillorri, un barrio-dormitorio del extrarradio de la capital navarra, la Guardia Civil detuvo a Miguel Javier Ayensa Laborda, antiguo miembro de Jarrai, y a Iratxe Sanz Ganuza, y registró un primer piso del número 17 de la calle de Concejo de Badostain. En la localidad de Aizoain, situada a escasos kilómetros de Pamplona, los agentes registraron una casa situada en el número 3 de la calle de Oronsospe. En su interior fue detenido Ibai Ayensa Laborda. Finalmente, en la localidad de Burlada, en un piso situado en la confluencia de las calles Mayor y Lafuente, fueron detenidos Francisco Javier Ruiz Romero y Eneka Royo Martínez.

Todos los detenidos fueron trasladados a dependencias de la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. Las armas intervenidas fueron, asimismo, remitidas a los laboratorios de balística para comprobar si fueron utilizadas en anteriores atentados cometidos en Navarra.

El asesinato, el 9 de agosto de 2000, del subteniente del Ejército de Tierra Francisco Casanova, cometido en Berriozar, aún no ha sido aclarado. Casanova fue asesinado de dos tiros en la cabeza. Su asesino utilizó proyectiles del tipo SF.

Asimismo, faltan por aclarar la colocación de una bomba trampa con un sofisticado sistema de rayos láser en la sede de Correos, en Altsasua, y la bomba que causó daños en la empresa Guema de Bakaiku, atentados cometidos ambos en 2000. ETA se atribuyó, además, la colocación de otra bomba lapa en los bajos del coche de un parlamentario de UPN (Unión del Pueblo Navarro), artefacto que nunca fue localizado.