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LA OFENSIVA CONTRA EL TERRORISMO

Dos de las pistolas del 'comando Nafarroa' se usaron para asesinar a un militar y un concejal

La Guardia Civil no halla listas con nombres o datos sobre objetivos de ETA

Dos de las pistolas intervenidas en la madrugada del jueves en Pamplona a los integrantes del desarticulado comando Nafarroa de ETA fueron utilizadas en los atentados mortales contra el portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona Tomás Caballero, en 1998, y el subteniente del Ejército Francisco Casanova, en 2000, según han determinado los análisis de balística de la Guardia Civil. Interior confirmó la utilización de ambas Browning calibre nueve milímetros Parabellum en los asesinatos. El Ministerio del Interior subrayó que ello no significa que los presuntos etarras detenidos sean los autores.

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'Tenían las pistolas en su poder. Es lo que sabemos', subrayó un portavoz de Interior. Lo que sí ha quedado claro tras la desarticulación del comando y la detención de sus seis presuntos integrantes es que iban a atentar de manera inmediata contra un funcionario de la cárcel de Pamplona. Los detenidos -los hermanos Miguel Javier e Ibai Ayensa, Francisco Javier Ruiz Romero y sus tres presuntas colaboradoras, Iratxe Sanz, Eneka Royo y María Couso- habían vigilado estrechamente los desplazamientos del funcionario desde su centro de trabajo en la prisión provincial, ubicada en el barrio de San Juan de Pamplona, hasta su domicilio, en la calle de Olite.

La operación antiterrorista se activó al detectar los servicios de contravigilancia de la Guardia Civil la presencia de uno de los miembros del comando en las cercanías de la cárcel. El terrorista utilizaba una furgoneta para encubrir el control de las puertas del centro penitenciario. El seguimiento de los terroristas permitió comprobar que éstos merodeaban también por una zona próxima al domicilio del trabajador de prisiones.

Los investigadores consideran que pensaban asesinar al funcionario disparándole en la cabeza con las pistolas intervenidas al comando. Ayer, el delegado del Gobierno en Navarra, José Carlos Iribas, mantuvo una reunión con el director de la prisión y representantes sindicales para analizar la situación. Los terroristas habían vigilado los pasos de un funcionario policial y de un empresario de la capital navarra, aunque en el registro de los cuatro pisos utilizados por el comando no fue hallada lista alguna con nombres o datos de sus objetivos. La bomba lapa incautada al grupo de ETA estaba compuesta por 300 gramos de trilita, tenía un dispositivo de bola (que al moverse hace de espoleta de la bomba) y un temporizador. Era de factura muy similar a la colocada el 24 de enero de 2001 en Zizur Mayor (Navarra) bajo el vehículo del subteniente del Ejército José Díaz Pareja, aunque aquélla estaba compuesta por medio kilo de cloratita y no llegó a estallar.

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Los seis detenidos permanecieron durante el día de ayer en dependencias de la Guardia Civil. El Ministerio del Interior sigue investigando la autoría de los atentados perpetrados contra Tomás Caballero y Francisco Casanova.

El delegado del Gobierno en Navarra declaró que el grupo no formaba propiamente un comando terrorista 'porque habían iniciado sus actividades recientemente'. Iribas confirmó las palabras del director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, que el jueves dijo en Pamplona que la detención de los seis presuntos terroristas se produjo antes de que pudiesen cometer atentado alguno. 'No había un comando, sino una serie de pisos con un comienzo de actividades relativamente reciente, hace un mes', añadió.

ETA ha cometido en los últimos años en Navarra tres asesinatos que no han sido aclarados. Además del atentado que costó la vida a Tomás Caballero, ocurrido en Pamplona el 6 de mayo de 1998, cuando varios terroristas le dispararon junto a su domicilio, la banda asesinó en Berriozar de dos tiros en la cabeza, el 9 de agosto de 2000, al subteniente del Ejército Francisco Casanova. El 14 de julio de 2001 una bomba lapa colocada en los bajos de su camioneta asesinó al concejal de UPN en el Ayuntamiento de Leitza Francisco Javier Múgica.

Además, ETA reivindicó la colocación de una bomba lapa en el coche del parlamentario de UPN Evelio Gil, de 31 años. El artefacto, que no explotó, nunca fue localizado. ETA ha cometido también dos atentados en el valle de Sakana no aclarados, uno de ellos perpetrado contra la oficina de Correos de Alsasua, con la utilización de un sofisticado sistema de rayos láser, y el otro contra la empresa Guema de Bakaiku, que provocó muchos daños materiales.

Natividad Rodríguez, viuda de Buesa, saluda a María Teresa Castells, esposa de José Ramón Recalde, a su lado.
Natividad Rodríguez, viuda de Buesa, saluda a María Teresa Castells, esposa de José Ramón Recalde, a su lado.S. CIRILO

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