Brujas inicia su capitalidad cultural con el objetivo de revitalizar su imagen
Un total de 160 acontecimientos atraerán hasta noviembre a un millón de visitantes adicionales
A la hora mágica de las 20.02 del día 20 del 2002 se abrió oficialmente Brujas 2002. La que, junto a Salamanca, es la otra capital cultural europea del año marcó, sin embargo, el pistoletazo de salida este fin de semana con decenas de actividades que han pillado por sorpresa a los miles de turistas que cada día visitan 'la Venecia del norte' sin otra expectativa que sumergirse en un escenario medieval muy próximo a un parque temático. Un cierto complejo de ciudad muerta anclada en el pasado es el que ha movido a los organizadores de Brujas 2002 a confeccionar un programa plagado de modernidad.
A lo largo de 10 meses, Brujas quiere demostrar con 160 acontecimientos culturales que hay vida y arte palpitando tras sus vetustos muros. El programa ha huido de los grandes nombres internacionales a favor de una cultura integrada en la calle, de fácil acceso al turista, y se ha atrevido a incorporar a la ciudad tres obras arquitectónicas de diseño actual.
El frío, el granizo y el viento del fin de semana no fueron suficientes para frenar la avalancha cultural con la que Brujas 2002 ha iniciado su capitalidad cultural. El sábado por la mañana ya se habían vendido los 13.000 pases especiales que daban acceso a todos los acontecimientos del Día 0, y turistas y brujenses desafiaban a la ventisca para celebrar la llegada de tal acontecimento.
La organización de esta capitalidad europea de la cultura ha tenido el atrevimiento de incorporar arquitectura del siglo XXI a una ciudad aparentemente acabada y perfecta desde hace siglos. Pero a veces pasado y presente no distan tanto. El nuevo auditorio, el Concertgebouw, en la plaza 't Zand, recubierto de terracota roja y abierto a la ciudad gracias a sus muros de cristal, es obra del gantés Paul Robbrecht, que asegura haberse inspirado en el paisaje campestre de Flandes occidental, con sus torres y sus iglesias de ladrillo rojo, para diseñar su obra, también coronada por una torre.
En pleno casco histórico, el arquitecto japonés Toyo Ito ha levantado su pabellón, una pequeña construcción de vidrio y aluminio de nido de abeja. Pero para Toyo Ito, su obra es una prolongación de las ruinas de la catedral que hubo allí mismo. Ambas obras han causado controversia. Para los brujenses, el pabellón de Ito es lo más parecido a un túnel de lavado de coches, pero la organización de Brujas 2002 asegura que los 'atrevimientos' han sido mayoritariamente aceptados por los ciudadanos.
La tercera obra arquitectónica incorporada a la ciudad es un puente sobre el canal de la Coupure, obra del suizo Jürg Conzett, que facilita el tránsito por un sendero para viandantes y ciclistas que rodea la ciudad. 'Es una pasarela propia de los Alpes que se ha hecho conscientemente para enriquecer la ciudad', explica Jan Vermassen, director de programación de Brujas 2002. Una curiosa pasarela con un rudimentario sistema que la convierte en levadiza.
Brujas 2002 prevé atraer a un millón de visitantes adicionales a los 3,5 millones que acuden cada año la ciudad, aunque no es su objetivo aumentar el turismo. 'Queremos cambiar la idea que se tiene de Brujas y también conseguir que algo permanezca. Nos gustaría que el pabellón de Toyo Ito se quedara, por ejemplo, pero también otras iniciativas culturales, como que el Festival de Nuevas Tecnologías que estamos preparando se convirtiera en un evento bienal', dice Vermassen.
Las plazas, las iglesias, la estación de tren y hasta los aparcamientos subterráneos, además de los museos, han quedado abiertos a la cultura. En los aparcamientos se exhiben grandes fotografías de la vida interior de los brujenses de hoy día. En las iglesias hay canto sacro, pero también conciertos del cuarteto de viento Blindman. Cuatro saxos resonando en una nave de crucero.
Pero, inevitablemente, la atracción internacional se centrará, a partir del 15 de marzo, en la exposición Jan van Eyck, los Primitivos flamencos y el sur. El Museo Groeninge mantendrá abierta la muestra de este gran maestro flamenco del siglo XVI que tuvo tanta relación con España, hasta el 30 de junio. La organización espera contar con un centenar de pinturas de Van Eyck, la mayoría de ellas prestadas de colecciones extranjeras.
Las dos capitales culturales del año casi llegan a ignorarse. Hay un proyecto de coproducir con Salamanca la ópera Antígona, y también allí estará presente Jan Fabre, que en Brujas dirigirá en marzo al Ballet Real de Flandes en El lago de los cisnes. Hugo de Greef, administrador de Brujas 2002, no considera que esto sea negativo. 'Ambos son proyectos diferentes y sería absurdo intentar coordinarse de forma artificial', razona.
Brujas 2002 termina en noviembre. El programa es extenso en cantidad y en tiempo. En España se puede conseguir información y entradas a través de Ticket World SL (91 542 85 98 o 93 302 32 12). La página web oficial contiene también multitud de detalles (www.brugge2002.be). Raro será que una visita este año no coincida con un concierto de jazz, una exhibición de cine o un programa de danza. En último extremo, uno puede incluso recorrer ahora las calles de Brujas siguiendo los relatos editados por la organización, que ofrecen una visión más entretenida, más amplia, sangrienta también a veces, de lo que fue y es esta joya flamenca; un museo al aire libre por sí misma.
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