Caballero Bonald reúne en un libro sus escritos sobre el mar

Después de haber navegado por aguas de los cuatro continentes, José Manuel Caballero Bonald ha decidido hacerse un autohomenaje como marinero. Ayer, en la Casa de América de Madrid, el escritor leyó fragmentos de su nuevo libro, Mar adentro (Temas de Hoy), 'una especie de miscelánea donde he reunido todos los escritos que he hecho a lo largo de muchos años sobre el mar', afirmó el escritor.

Mar adentro aparecerá la semana que viene y Caballero Bonald lo presentó dentro del ciclo El escritor lee, que se ha celebrado este mes en la Casa de América. 'Este libro responde a una vieja afición, la de la navegación a vela, que ya me ha durado más de 50 años y que he conservado hasta hoy, así que en cierto modo me lo merecía'. El escritor andaluz fue presentado por su colega Benjamín Prado, que leyó tres fragmentos del libro. En uno relató su descubrimiento del mar y dijo: 'El mar es la imagen de lo ignoto y forma parte de nuestros terrores instintivos'.

Otro fragmento lo dedicó Caballero Bonald a los naufragios. En el libro habla de los que se han contabilizado en la entrada del Guadalquivir, 'hasta 900', en lo que llaman 'la barra de Sanlúcar'. También se refirió a algunos desastres míticos que han tenido lugar en la ría de Vigo, recogidos por Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino. Respecto a los desastres de la mar, el escritor aportó su experiencia. 'Tengo a gala haber navegado por aguas de los cuatro continentes. Y he naufragado en dos ríos, el de la Magdalena, en Colombia, y en la desembocadura del Guadalquivir'. De ello ha salido ileso, pero ha aprendido una lección: 'Nunca se ha vivido lo suficiente si no se ha naufragado un poco'.

La obra de Caballero Bonald fue desgranada generosamente por Benjamín Prado. Destacó novelas como Campo de Agramante, en la que Prado ve una metáfora muy clara de lo que es Caballero Bonald. 'Hay un niño que crece y que oye los sonidos antes de que se produzcan. Ésa es una buena metáfora de la literatura, la de la anticipación, y una buena descripción de la obra de Caballero Bonald, que es muy sensual'.

Según Prado, existen dos tipos de lectores: 'Los sueltos y los atados'. Para cazarlos hay que utilizar dos anzuelos, el lenguaje y el argumento. 'Es difícil que estos elementos se junten, pero en Caballero Bonald la unión se produce. Pepe cuida el lenguaje como un tesoro'. Es algo que, según Prado, también se observa en sus dos volúmenes de memorias: Tiempos de guerras perdidas y La costumbre de vivir. El poeta Roberto Fernández Retamar, cubano y viejo amigo de Bonald, leyó parte de sus versos en lo que fue el reencuentro de dos voces líricas.