Josep Piqué admite que las presiones de EE UU bloquearon su plan de paz para Oriente Próximo
El ímpetu de Washington parece imparable y la Unión Europea acaba de modificar en 24 horas su posición sobre dos asuntos claves de la política exterior: la crisis de Oriente Próximo y el posible ataque a Irak. En clara referencia a EE UU, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, reconoció ayer ante el Parlamento Europeo que la UE ha recibido 'presiones para predeterminar o condicionar' el plan europeo de paz para Oriente Próximo, que finalmente no fue aprobado el lunes. La UE, hasta ahora opuesta a una agresión a Irak, dice ahora que 'ya se verá' cuál es su postura si se produce el ataque y, en todo caso, acusa a Bagdad de 'un grave incumplimiento' de las resoluciones de la ONU.
El plan europeo para Oriente Próximo, expuesto por el propio Piqué el pasado día 9 en Cáceres (España), preveía un equilibrio entre las medidas de seguridad (previstas en los informes Tennet y Mitchel) y las políticas (establecimiento de un Estado palestino 'provisional'). La cerrada oposición de Alemania, Reino Unido y Holanda hizo inviable el lunes la aprobación del plan. 'Hay algunos países que son sensibles a las críticas de EE UU sobre la posición europea con respecto a Oriente Próximo', dijo Piqué.
El socialista Emilio Menéndez del Valle intervino para decir que no aprobar el plan y limitarse a enviar a la zona 'por enésima vez' a Javier Solana, mister PESC, 'equivale a no hacer nada sustancial'. 'Parafraseando al ex presidente mexicano Porfirio Díaz, lamento la situación de esta Europa supuestamente unida, tan lejos de sus valores y principios y tan cerca de los EE UU', agregó el eurodiputado.
Estos comentarios irritaron a Piqué, quien respondió que la existencia de las citadas 'presiones' o la propia subsistencia de la Autoridad Palestina demuestran que la UE no es 'irrelevante', aunque enseguida admitió: 'Hay que poner de acuerdo a los Quince, que no es poco'.
La marcha atrás sobre el plan de Oriente Próximo ha sido con tono menor que la registrada con respecto a Irak. Desde el otoño pasado, pero más nítidamente en Cáceres, la UE dejó clara su oposición al anunciado ataque a Bagdad con el argumento, entre otros, de que podría romper la coalición internacional creada tras el 11-S. El discurso ha variado y ayer Piqué insistió en que Irak incumple las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y que debe permitir la entrada, 'mejor hoy que mañana', a los inspectores encargados de revisar sus arsenales. De producirse el ataque, 'que no deseamos', puntualizó el ministro, 'ya se verá' cuál es la posición europea, porque dependerá de las 'circunstancias o condiciones'.
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