Un contralmirante exige la dimisión de Chávez 'para evitar que corra la sangre'
Carlos Molina llama a los soldados de Venezuela a unirse a 'esta gesta de libertad y dignidad'
El contralmirante Carlos Molina Tamayo, tercer oficial venezolano que se rebela en palabras y no en armas, exigió ayer el enjuiciamiento y la dimisión del presidente Hugo Chávez e invitó a la población civil a manifestarse contra su Gobierno para evitar 'un inminente derramamiento de sangre'. Molina Tamayo, actual embajador de Venezuela en Grecia, siguió los pasos del coronel de aviación Pedro Soto y el capitán de la Guardia Nacional Pedro Flores, que hace 10 días convulsionaron al país al pedir la salida de Chávez y destapar la profunda fractura que existe en el sector castrense.
En lugar de irrumpir por sorpresa en los medios de comunicación, Molina convocó una rueda de prensa en un hotel de Caracas, donde leyó un manifiesto contra Chávez, y más tarde fue aclamado por civiles en la plaza Francia de Altamira, de Caracas. Molina hizo un llamamiento a las Fuerzas Armadas y a la sociedad venezolana para que 'se unan a esta gesta de recuperación de la libertad y dignidad nacional'. En caso de negarse Chávez a dimitir, agregó, 'solicito a la Fiscalía y al Tribunal Supremo que procedan de inmediato al enjuiciamiento del presidente, so pena de hacerse cómplices como consecuencia de su actuación o a que después el propio pueblo de Venezuela los juzgue y condene'.
'Basándome en la Constitución vigente, la cual permite a todo ciudadano expresarse libremente en Venezuela y sin más intención que cumplir con lo que dicta mi conciencia (...), ratifico mi compromiso como venezolano de contribuir al mejoramiento del país construyendo una mejor sociedad sin prejuicios, odios ni divisiones', afirmó el contralmirante, al que restan tres años de servicio en activo. 'Protesto enfáticamente la actitud complaciente de algunos miembros del Tribunal Supremo de Justicia, de la Asamblea Nacional, de la Fiscalía General de la República' y los otros poderes públicos, agregó.
Después del coronel Pedro Soto, de la Fuerza Aérea, y del comandante Pedro Flores, de la Guardia Nacional, el contralmirante Molina representa a una tercera rama de las Fuerzas Armadas. Faltaría por pronunciarse en los próximos días algún oficial del Ejército, con lo cual se completaría el movimiento militar disidente que busca expulsar a Chávez de la presidencia por la vía pacífica antes de concluir su mandato, en 2006.
Chávez, teniente coronel retirado, de 47 años, dirigió una intentona golpista el 4 de febrero de 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En diciembre de 1998 ganó las elecciones presidenciales con el 56% de los votos y tomó posesión del cargo el 2 de febrero en 1999. Durante su mandato ha modificado la Constitución para aumentar de cinco a seis años el periodo presidencial y permitir la reelección inmediata.
Silencio de Chávez
Si bien la iniciativa del coronel Soto y el capitán Flores ha sido aclamada por buena parte de la sociedad civil, especialmente en las concentraciones de la plaza Francia de Altamira, las autoridades militares los han sometido a un Consejo de Investigación, cuyo próximo fallo podría suponer la expulsión o retiro de sus puestos.
El presidente Chávez todavía no ha respondido a las demandas de los oficiales rebeldes, ni siquiera en la última edidición de su programa, Aló, Presidente, emitida el domingo pasado. Sin embargo, el ministro de Defensa, José Vicente Rangel, ha dicho que en el procedimiento administrativo iniciado con estos oficiales se aplicarán todas las garantías constitucionales y del código militar penal.
El ministro Rangel, periodista y civil, ha sido cuestionado e impugnado por el coronel Soto por carecer de 'autoridad moral' en la querella militar, mientras espera el fallo del Consejo de Investigación castrense. El actual ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, capitán de navío retirado de la Armada, que era el enlace de Chávez para negociar los secuestros con la guerrilla colombiana, calificó a los oficiales disidentes de 'traidores'.
En la rueda de prensa ofrecida ayer, el contralmirante Molina rechazó 'la actitud del presidente Chávez de dividir al pueblo venezolano... a la falta de un Estado de Derecho... a la comprobada y peligrosa relación entre el presidente Chávez y algunos de sus ministros con la guerrilla terrorista colombiana, a la corrupción y mal manejo de los recursos del Estado, al desequilibrio fiscal y al despilfarro de los fondos públicos, al mal manejo de la política cambiaria, así como la creación y aumento de impuestos al pueblo para tratar de pagar la ineficiencia administrativa... y a la inminente posibilidad de un derramamiento de sangre innecesario instigado por partidarios del chavismo y los mal llamados círculos bolivarianos'.
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