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Negro y rojo

El color negro y, en menor medida, el rojo, las transparencias y las asimetrías son las principales tendencias en el vestir del próximo otoño-invierno que por ahora ha avanzado la Pasarela Gaudí. Ayer, los diseños de la firma La Perla bordaron la jornada de inspiración corsetera; Armand Basi consiguió una puesta en escena centrada en el color, mientras que Lydia Delgado apostó por la silueta entallada y los complementos de lujo.

La Perla comenzó con prendas ajustadas, faldas de tubo de cintura baja y anchos cinturones bordeando la cadera. El resto de sus diseños, todos de prendas de exterior, apuntaron hacia la alta costura, sobre todo en la combinación para el día de llamativos abrigos de lana cachemir sobre faldas y vestidos de gasa plisada. Dibujan sobre una silueta femenina líneas de apertura vertiginosas y escotes provocadores.

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Los diseños en punto de los diseñadores Sita Murt (sello Esteve) y Mariona Gen constituyen una página aparte en el conjunto de la pasarela. La primera idealizó la unión del punto con la piel, compuso enormes volúmenes en faldas cosidas con volantes y tejidos que recuerdan los materiales de desecho. Entre tanto, Mariona Gen apuesta por la asimetría de las faldas, la raya diplomática y las prendas reversibles, con una aportación divertida: piezas hechas en macramé.

Hannibal Laguna presentó una colección básicamente en negro, sin reparos en mostrar calcadas referencias a grandes modistas franceses, como Yves Saint Laurent (capas circulares con volantes y faldas de fiesta), así como a Ungaro o Givenchy, en un intento por adaptar elementos ajenos al prêt-à-porter, más próximos a la alta costura.

Pedro Morago, que desfiló en la pasarela, suelta la silueta femenina con vestidos despegados. Elige el terciopelo como punto de unión entre el vestido diario y el de fiesta, elimina las hombreras de las americanas y diseña abrigos de lana rústica por encima de la rodilla.

La colección de Armand Basi destaca por ser una de las más sólidas de la pasarela, aunque la demostración resultó al fin demasiado larga. Luis Juste de Nin, su director creativo, rescata trazos de la cultura hispanoamericana, como las pinturas de Diego Rivera o Frida Kahlo, y concreta una apuesta realista, que se nota sobre todo en el tratamiento que da a los tejidos, de aspecto gastado y colores sufridos. En la colección de hombre destacan una imagen próxima al atuendo miliciano, las formas ajustadas al cuerpo y camisas más cortas y holgadas, por encima del pantalón. A la mujer, la viste con formas ajustadas, alarga la falda y baja la cintura del pantalón.

Lydia Delgado se apunta a la minifalda de tablas, los trajes rayados y las faldas de ruedo irregular.

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