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AMÉRICA LATINA

'Caceroladas' porteñas de ida y vuelta

Los argentinos temen que las protestas fracasen y que la situación empeore

Cecilia Izaguirre, que en enero salió cinco veces a las calles para participar en las caceroladas frente al palacio presidencial de Argentina pese al gas lacrimógeno, está empezando a temer que las protestas fracasen y conduzcan a algo todavía peor.

'Temo que esto llegue demasiado lejos', afirma Cecilia, de 55 años y madre de seis hijos, que se unió a las manifestaciones para exigir que el Gobierno descongele sus ahorros. 'Recuerdo los viejos días de la represión policiaca y militar y, Dios mío, debemos evitar eso a toda costa'.

Muchos argentinos dudan que el Ejército, que tiranizó al país durante siete años, hasta 1983, periodo en el que desaparecieron más de 30.000 personas, tenga interés o respaldo público para asunir de nuevo el poder. Algunos analistas consideran que si el presidente Eduardo Duhalde fracasa en obtener la confianza de los argentinos, podría haber elecciones anticipadas.

La gente está pidiendo al presidente Eduardo Duhalde que solucione sus problemas económicos, pero no quieren que deje el cargo

Gloria Cerruti, de 38 años, no descarta resultado alguno. 'Si no libera nuestro dinero y nos permite alimentar a nuestros hijos adecuadamente, no habrá problemas', señala, recordando que Duhalde ha devaluado el peso, ha confiscado los depósitos bancarios y ha ordenado que los depósitos en dólares se convirtieran a pesos a tasas interiores a las del mercado. Desde que los disturbios obligaron a renunciar al ex presidente Fernando de la Rúa y su Gobierno, que llevaba dos años en el poder, las protestas habían estado encabezadas por grupos de personas que hacían sonar ollas y cacerolas por las calles. Otros grupos más violentos destrozaron tiendas, bancos y cajeros.

Las caceroladas podrán generar un aumento de la violencia, aunque no sea éste el propósito de las manifestaciones, señalan algunos expertos. 'Las mismas personas que participan en las caceroladas temen que haya anarquía', afirma Ricardo Rouvier, un analista político. 'La gente está pidiendo a Duhalde que solucione sus problemas, no quieren que deje el cargo'.

Duhalde, que desde que asumió el poder en 1 de enero, ha descrito con frecuencia la situación del país como una 'bomba de tiempo lista para explotar', pidió a los argentinos paciencia para terminar de diseñar un plan para sacar a la economía de la actual recesión.

Argentina está negociando nuevas ayudas del FMI por 20.000 millones de dólares. Pero Cecilia Izaguirre, la madre de seis hijos, piensa que más préstamos no arreglarán la economía, lo que refleja algo que cada vez piensan más argentinos: los consejos del Fondo han contribuido al colapso financiero del país.

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