El misterioso fin de un músico atormentado
Hace siete años, Richey Edwards, miembro de los Manic Street Preachers, abandonó el hotel londinense donde el grupo esperaba salir rumbo a Estados Unidos, visitó su piso de Cardiff y abandonó su coche cerca de un río, en el puente preferido por los suicidas de la zona, en el límite entre Gales e Inglaterra. Era el 1 de enero de 1995 y nada más se ha vuelto a saber del músico.