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Cervantes, Gabo, América Latina y Cádiz, cuatro grandes amores

María Asunción Ansorena, directora general de la Casa de América, presentó a Mutis como 'el maestro' en la concurrida rueda de prensa que ofreció el premio Cervantes para presentar la Semana de Autor que se le dedica estos días. Así que casi todas las preguntas fueron encabezadas con esa palabra, maestro, lo que produjo cierto rubor en este escritor cuya naturaleza tiende a minimizar su maestría.

Mucho más que de sí mismo, Mutis habló de los otros, de lo otro. Sí dijo que nunca pensó ganar el Cervantes, porque le parecía 'abusivo' obtener los tres grandes premios literarios de España (con el Príncipe de Asturias y el Reina Sofía de Poesía).

Y luego adelantó que el discurso de aceptación del premio tratará sobre dos cosas: la estupenda suerte que ha corrido su obra y su devoción cervantina. 'Cervantes vivió situaciones terribles, muy injustas, y a la vez creó una obra tan espléndida... Toda su obra, porque los Entremeses son una delicia; el Diálogo de los perros, una maravilla, y El licenciado Vidriera, una anticipación de Kafka'.

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'Tengo una relación muy difícil con mi obra. Y es cada vez peor'

Alguien le preguntó por posibles paralelismos entre ambos. Mutis se ruborizó: 'No me atrevería... Ahora pienso que ninguno vivimos de la literatura sino de oficios muy lejanos, y que él, cobrando impuestos por Andalucía, debió de pasarlo tan mal como yo vendiendo series de televisión sin creer siquiera que eran buenas'.

(Según García Márquez, Mutis vendió durante 23 años cosas como Los Picapiedra o Perdidos en el espacio, aparte de doblar al castellano a Walter Winche, personaje de Los intocables).

Después se refirió a la situación de América Latina, otro gran amor. 'Fatal, terrible', dijo. 'El continente vive una especie de imposibilidad de ser que empezó en los tiempos de la independencia. Cuando todavía había soldados españoles en Colombia, los colombianos se enzarzaron en una guerra civil. Se trata de esperar un par de siglos. Son países adolescentes: tienen 150 años de historia. Una adolescencia lamentable, que cuesta muchas vidas'.

El manifiesto

Mutis también tuvo tiempo para el arrepentimiento. Lamentó haber firmado el manifiesto auspiciado por García Márquez y Fernando Botero, en el que se negaban a volver a España hasta que se suprimiera la exigencia de visado a los colombianos. 'Firmé por solidaridad espontánea con mis amigos. Pero fue una ligereza. Ahora parezco un oportunista por venir a la primera ocasión, y no tiene remedio. En mi caso, decir 'no volveré' es inconcebible. Vengo cada vez que puedo a España, y me hace un bien inmenso'.

Otro de los actos que Mutis protagonizará estos días será en Cádiz, tierra del hermano de su bisabuelo, José Celestino Mutis (el cura botánico cuya efigie adorna -o adornaba- los billetes de 2.000 pesetas). El escritor será nombrado hijo adoptivo. 'Cádiz es como mi casa. No me llaman señor Mustio, y siempre me dicen quédese usté aquí, que usté es gaditano'.

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