El coreógrafo austriaco Johann Kresnik reinventa a Picasso a través de la danza
Durante toda la década de los noventa fue el coreógrafo más provocador de los escenarios alemanes. Tras ocuparse de Frida Kahlo, de un Don Quijote comunista e, incluso, del mal de las vacas locas, y ya a punto de finalizar su contrato con la Volksbühne en Berlín, el austriaco Johann Kresnik ha vuelto a la carga con una obra de danza-teatro sobre Pablo Picasso, que se estrenó la pasada semana en la capital alemana.