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EL EURO EN LA CALLE

Lento arranque en el transporte urbano y colas en metro y trenes

La peseta fue la moneda más utilizada ayer en autobuses urbanos, metro, trenes y taxis. Los mayores problemas se registraron en el metro de Madrid y en las taquillas de venta de Renfe, a pesar de que el tráfico de pasajeros el primer día del año es uno de los más flojos.

El sistema informático de la red de metro de Madrid no estuvo adaptado a tiempo. De manera que los empleados tenían que calcular los precios en euros con una calculadora para poder devolver el cambio en la nueva moneda. La falta de preparación provocó largas colas en muchas de las estaciones.

En Renfe, los problemas se derivaron por el exceso de preparación. Los trabajadores de las taquillas de venta de billetes de largo recorrido de la estación de Atocha, en Madrid, sólo aceptaron euros por la mañana, con lo que los viajeros tenían que cambiar sus pesetas primero para subir al tren. Ante las quejas y enfado generalizado de los usuarios, se habilitaron dos taquillas exclusivamente para cambiar euros y se empezaron a admitir pesetas.

También se produjeron colas en la misma estación en la venta de billetes de cercanías, porque casi todas las máquinas de venta automática sólo admitían euros y la mayoría de los viajeros llevaban pesetas.

En general, el día para el transporte urbano no fue caótico. Valencia se desperezó sin prisa y entre la vuelta de los más resistentes en Nochevieja, que salieron de casa cuando la rubia era aún la única moneda de curso legal, y los ciudadanos que quisieron aprovechar el día festivo, pasaron unas horas. Unos y otros utilizaron mayoritariamente la peseta para pagar sus desplazamientos urbanos pese a las recomendaciones lanzadas instando a vivir en la moneda única desde el primer día.

Todo en pesetas

'La gente está pagando en pesetas', resumían en la Empresa Municipal de Transporte (EMT), del Ayuntamiento de Valencia. La EMT estimó que hasta mediodía sólo alrededor del 8% de los viajeros de autobús pagó en euros. También es cierto que un alto porcentaje de los usuarios del transporte urbano dispone de algún tipo de bono y, de hecho, sólo entorno al 23% de los viajeros de la EMT compra el billete en el momento.

En muchos casos las taquillas de venta de billetes se convirtieron en puntos de cambio de moneda. El hecho de que el transporte urbano deba devolver en euros puso a prueba las taquillas. 'Estoy esperando a gastar todas las pesetas', comentaba Marta, usuaria de autobús. Pero ayer era festivo y la cuerda no se tensó demasiado. El número de viajeros fue muy inferior a los 400.000 usuarios que de media viajan en un día laborable de invierno.

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