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Miles de evacuados por el avance de cientos de incendios sobre Sydney

El verano australiano provoca una de las mayores catástrofes naturales del continente

Miles de personas tuvieron que ser evacuadas ayer en el Estado australiano de Nueva Gales del Sur ante el avance incontrolado de más de un centenar de incendios que han arrasado decenas de propiedades a su paso.

Los tripulantes de los helicópteros que sobrevuelan la zona calculaban que ayer el mayor frente del fuego tenía unos 25 kilómetros de ancho y avanzaba a gran velocidad en dirección noreste.

Según los bomberos, al menos nueve de los incendios habían sido provocados, otros eran probablemente el resultado de descuidos humanos y los demás surgieron como consecuencia de las tormentas eléctricas, frecuentes en esta época del año, cuando es verano en Australia.

Las autoridades australianas declararon ayer 15 zonas próximas a la capital provincial, Sydney, áreas de desastre natural, y el Gobierno local anunció una ayuda de 500.000 dólares y préstamos a bajo interés para reparar los daños. Las llamas rodeaban gran parte de Sydney y cubrían a la mayor urbe del país con un manto de humo gris. Otras localidades se habían quedado sin electricidad a causa del avance de las llamas, que también habían cortado autopistas, carreteras y las líneas ferroviarias que comunican Sydney con el sur.

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Centros de evacuación

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Protección Civil estableció varios centros de evacuación en lugares del Estado considerados seguros por los expertos. Hasta allí fueron transportados alimentos y productos de primera necesidad proporcionados por organizaciones no gubernamentales de toda la nación. Los Estados vecinos contribuyen con bomberos; 250 llegaron desde Victoria al Royal National Park, uno de los parques nacionales más viejos de Australia, establecido en el siglo XIX, amenazado por el fuego. Los cuerpos de seguridad evacuaron a las personas que pasaban las vacaciones de cámping en esa reserva natural y a los residentes de Waterfall, localidad próxima al parque.

El primer ministro australiano, John Howard, visitó una de las localidades de la zona, Warragamba, para verificar la magnitud del desastre y reconfortar a los damnificados. El jefe del Gobierno anunció que el Ejército aumentará su colaboración en las tareas de extinción de los fuegos con más aviones y hombres.

A pesar de las pérdidas materiales y la muerte de al menos 5.000 ovejas, hasta anoche los incendios no habían causado víctimas humanas.

Aunque existían incendios desde hace una semana, el principal foco surgió ayer en las Montañas Azules, a unos 80 kilómetros al oeste de Sydney, y se extendió hacia la costa a una velocidad aproximada de diez kilómetros por hora. Los fuegos también afectaron a Canberra, la capital de Australia, pero los bomberos anunciaron ayer que habían logrado controlarlos.

Si no hay un cambio en los pronósticos del tiempo, las autoridades prevén que la situación se prolongará durante los próximos diez días.

Los bomberos tratan de controlar las llamas en la localidad de Glenbrook, en las afueras de Sydney.
Los bomberos tratan de controlar las llamas en la localidad de Glenbrook, en las afueras de Sydney.EPA

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