El espeso manto de humo que cubre Sydney obliga a desviar varios vuelos
Más de 15.000 bomberos retoman los trabajos ante el temor de fuertes vientos
Unos 15.000 bomberos australianos han iniciado a primera hora de este domingo su sexto día de lucha contra los incendios forestales en el sureste del país, temiendo temperaturas elevadas y vientos violentos previstos para este día. Ahora, la prioridad es proteger las casas situadas a las afueras de Sidney, amenzadas por las fuertes ráfagas de viento que se esperan. Además, la espesa capa de humo que envuelve la ciudad ha obligado a desviar varios vuelos hacia otras ciudades.
Al menos cinco vuelos internacionales y dos domésticos se han visto afectados por la poca visibilidad en las pistas del aeropuerto, según informan las autoridades aeroportuarias.
Los habitantes de la capital del estado de Nueva Gales del Sur han colapsado las centralitas del teléfono de emergencia y las autoridades han tenido que hacer un llamamiento para pedir que se restrinja al máximo el uso de este servicio.
Los ciudadanos se muestran preocupados por problemas respiratorios y angustiados por la falta de visibilidad. Además, la mayor parte de carreteras y autopistas que conectan Sydney con el exterior, así como las vías ferroviarias continúan cerradas al tráfico.
Miles de hogares siguen sin energía eléctrica y en varias localidades han quedado también cortadas las líneas de teléfono.
El agua empieza a escasear y se ha recomendado a los residentes de la zona situada al sur de Sydney que hiervan el agua antes de beberla.
Mientras, se ha seguido evacuando a los habitantes de varias localidades como medida de prevención y al norte y al sur de la ciudad se teme que las llamas crucen los cortafuegos.
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