La Galería de los Uffizi de Florencia abre sus depósitos a los visitantes
Pinturas de Tiziano, Tintoretto y Botticelli, entre las 50 obras que se exhiben hasta marzo
El cuadro Venus y Cupido, de Tiziano, llegó a Florencia décadas antes que el más famoso, Venus de Urbino, del mismo pintor, recién restaurado y, sin embargo, sólo este último ha encontrado hueco en las salas nobles de la galería de los Uffizi. Su predecesora duerme el sueño de los justos, en los sótanos del famoso museo, junto a 2.500 obras más. La falta de espacio en los Uffizi es la culpable de este imperdonable olvido. Una situación que intenta remediar la muestra Los nunca vistos, inaugurada en Florencia y que exhibe 50 piezas del museo hasta el próximo 3 de marzo.
Con un total de 4.500 objetos artísticos inventariados, entre cuadros, esculturas, miniaturas, tapices o piezas de porcelana, la galería de los Uffizi, es el primer museo de Italia (si se excluyen los Museos Vaticanos, propiedad de la Santa Sede). Pero este esplendor tiene una lamentable contrapartida porque en los depósitos (o en áreas especiales como la galería Vasari, con acceso más restringido) permanecen almacenadas más de la mitad de estas piezas que no encuentran sitio en las atiborradas salas del museo.
¿Qué hacer con todas estas maravillas, que han salido perdiendo en la competición con otras obras más famosas? El Ayuntamiento de Florencia acaba de dar una buena respuesta a este dilema. En colaboración con el museo y gracias a la financiación de unas cuantas bancas locales ha organizado en la Sala de los Correos Reales, frente a los Uffizi, una exposición con ese material oculto en los depósitos.
Hasta el 3 de marzo, los florentinos y las decenas de miles de turistas que hacen escala en la capital toscana podrán admirar sin pagar una lira (ni un euro) la Venus y Cupido, de Tiziano; La Flagelación de la escuela de Botticelli; el Retrato viril, de Tintoretto, o La Anunciación, de Melozzo de Forlí, entre otras obras maestras. Contemplando estos lienzos, más de un visitante de los que acudieron en tropel durante la inauguración a la Sala de los Correos Reales se habrá preguntado: ¿por qué dormían en los depósitos mientras se exhiben otros similares?
Museo paralelo
La respuesta no es fácil. Seguramente, la moda, o el azar, han contribuido a distribuir los puestos en el ranking de bellezas de los Uffizi. Lo cierto es que el museo alberga 2.500 obras en los depósitos que constituyen, en realidad, una especie de museo paralelo. La directora, Anna Maria Petrioli, ha dejado claro que las obras no están almacenadas en sótanos infectos sino en salas perfectamente ventiladas y secas. Simplemente, inaccesibles a la mirada del turista.
La exposición 'es un regalo a la ciudad', explican los organizadores, que han trabajado durante meses recorriendo las frías salas de los depósitos en busca de las obras más hermosas. Además de las piezas principales, de Tiziano, Tintoretto, y Botticelli y Melozzo, se pueden admirar obras de Filippino Lippi y cuadros y tapices que testimonian el esplendor del pasado florentino como el que reproduce en su primitiva forma el palacio de los Medici, señores de la ciudad, y la calle delante de él, en los días convulsos de 1494, cuando las tropas francesas tomaron Florencia. Hay además una docena de esculturas romanas (todos los museos de Italia tienen excedentes de ellas), incluido un hermoso busto de Cicerone y una selección de tapices. Uno de los cuales reproduce las rutilantes fiestas de la familia Valois.
Para un aficionado de a pie es difícil entender las diferencias de calidad pictórica entre la Venus y Cupido y la Venus de Urbino, pintados por Tiziano en el lapso de unos pocos años. El primero llegó a Florencia un siglo y medio antes que el segundo, traído a la ciudad por Cosimo de Medici, padre del verdadero artífice de la colección que, iniciada en el siglo XVI, ha servido de base a los fondos de la galería de los Uffizi.
17 'tizianos'
En los Uffizi hay 17 obras de Tiziano y no era sencillo elegir cuál merecía los honores del público y cuál no. Otro tanto puede decirse de los 20 cuadros de Tintoretto que hospeda el museo. La galería, que espera desde hace años la luz verde para iniciar una serie de obras de renovación, consiguió hace tiempo liberar un amplio espacio en la primera planta.
En total, 16 nuevas salas además de algunos salones y los correspondientes pasillos. Sin embargo, el espacio sigue vacío como si sobrara, mientras algunas zonas del museo están atiborradas de obras que apenas pueden admirarse.
La exposición de Los nunca vistos, además de ser una llamada de atención sobre esta situación aparentemente incongruente, pretende desagraviar también a todos los espléndidos segundones de la historia del arte.
Babelia
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