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CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL EN ARGENTINA

El nuevo presidente argentino suspende pagos y lanza un programa populista

Rodríguez Saá promete un millón de empleos y ayudas para los más pobres

La suspensión de pagos de la deuda externa de 132.000 millones de dólares y el anuncio de una serie de promesas de claro corte populista son los primeros anuncios que hizo ayer el peronista Adolfo Rodríguez Saá, de 54 años, tras su investidura como presidente provisional de Argentina, hasta la celebración de las elecciones anticipadas el próximo 3 de marzo. El gobernador de la provincia de San Luis, designado el viernes en un conciliábulo de una decena de gobernadores del Partido Justicialista (PJ, peronista), fue ratificado por la Asamblea Legislativa (pleno del Congreso) por 169 votos a favor y 138 votos en contra, de la oposición en bloque. 'Todo el dinero del ahorro se destinará a los planes de creación de empleo y al progreso social', prometió.

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El candidato peronista amenaza con no pagar la deuda externa

Las palabras del presidente provisional desencadenaron en el pleno del Congreso una sonora ovación cuando Rodríguez Saá dijo solemnemente que la moratoria de la deuda sería el primer acto de su Gobierno. El público que se agolpaba en la tribuna gritaba 'Argentina, Argentina'. El nuevo presidente aseguró que la transparencia sería la esencia del nuevo Gobierno y prometió que las puertas del Congreso estarán abiertas a todos los expedientes de la deuda, que 'ha sido el negocio económico más grande que ha vivido Argentina', al dar prioridad al pago de la deuda externa por encima de la deuda de los argentinos.

Esta semana, Argentina, tenía que hacer frente a varios vencimientos, el más importante de los cuales era de 500 millones de dólares en letras del Tesoro a pagar el viernes. Los pagos previstos para enero del 2002 ascendían a 900 millones de dólares con el Fondo Monetaria Internacional (FMI) y 417 millones en intereses y amortizaciones de deuda pública. Rodríguez Saá no mencionó qué pasos dará ante los organismos financieros internacionales y demás acreedores, con los que el ex ministro Domingo Cavallo trataba de renegociar el stock de bonos de inversores externos de más de 40.000 millones de dólares. En el canje de deuda concluido recientemente, el Gobierno consiguió renegociar hasta 50.000 millones de dólares a un interés anual del 7%. La convertibilidad entre el peso y el dólar se mantendrá de momento. No habrá devaluación ni dolarización, que calificó de opciones falsas, pero sí entrará en circulación una tercera moneda, 'para inyectar liquidez al consumo popular' y pagar los salarios de los empleados públicos. La nueva moneda sustituirá a los distintos bonos provinciales y nacionales, como los patacones o Lecop, que ascienden a 2.850 millones de dólares y que han sido emitidos en los últimos tiempos ante la falta de recursos de los Gobiernos de muchas provincias.

Todo el país estaba pendiente del discurso del presidente provisional, que destiló las esencias del genuino discurso peronista. Transmitió dinamismo, firmeza, y, sobre todo, habilidad para conectar con las necesidades y esperanzas de los más perjudicados por la recesión económica. Se presentó como el estandarte de un nuevo estilo de gobernar: 'Nunca más un Gobierno para beneficio de los que gobiernan'. Después enumeró como grandes principios de su gestión 'la libertad, igualdad, transparencia y austeridad'.

La otra gran medida de acción inmediata de la vuelta de los peronistas al poder será un ambicioso plan social, que prevé la creación de un millón de puestos de trabajo. No reveló el secreto de tan ambicioso proyecto. 'Esto es posible sin corruptelas'. El desempleo roza el 20% (2,5 millones de personas), según las cifras oficiales, y el subempleo afecta a uno de cada tres argentinos.

El nuevo Gobierno, en coordinación con las distintas jurisdicciones provinciales, se dispone a poner en marcha un plan de emergencia para los marginados. Como contrapartida a las ayudas a los más pobres, promete un recorte del gasto político, con una rebaja de los salarios de los funcionarios del Gobierno nacional para empezar. 'Nadie puede ganar más que el presidente de la nación, cuya remuneración por todo concepto será de 3.000 pesos (555.000 pesetas)'. Rodríguez Saá ha eliminado varios ministerios, congelará las vacantes en la Administración pública y ha puesto en venta el parque nacional automotor y los tres aviones de la Presidencia de la Nación, según dijo en su discurso. El ex presidente Fernando de la Rúa había prometido en su campaña electoral la venta del Tango 01, que compró el también ex presidente Carlos Menem por 60 millones de dólares.

Convocó Rodríguez Saá a la sociedad civil, la Iglesia, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, municipios y provincias a aunar esfuerzos, aunque en el Gobierno provisional, que ayer tomó posesión, no hay un solo ministro que no sea del PJ. Dijo lo que esperaban oír los que llevaron la peor parte en el estallido de violencia. Tras rendir un homenaje de los muertos y recordar 'la sangre derramada', prometió una ley para indemnizar a las víctimas de los saqueos y el pillaje. Tuvo palabras para criticar a la policía: 'Vimos a las Madres de Plaza de Mayo reprimidas inexplicablemente por las fuerzas de la democracia'.

Adolfo Rodríguez Saá saluda a sus simpatizantes tras asumir el cargo de presidente de Argentina.
Adolfo Rodríguez Saá saluda a sus simpatizantes tras asumir el cargo de presidente de Argentina.REUTERS

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