El Consejo de Seguridad de la ONU debate el envío de tropas
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto aprobar hoy el envío de una Fuerza Internacional de Asistencia y Ayuda (ISAF) en Kabul, apenas dos días antes de la toma de posesión de la Administración provisional afgana. El Reino Unido dirigirá este despliegue, que tendrá entre 3.000 y 5.000 efectivos. No son cascos azules, sino soldados enviados por naciones que se han prestado voluntarias, entre ellas España, que ha prometido mandar un batallón entero, 700 soldados, de la Brigada de Montaña y la Infantería de Marina.
En Afganistán deberán convivir dos fuerzas militares: el contigente de la ONU, dedicado a mantener la paz, y las tropas norteamericanas, ocupadas en continuar la guerra. No está muy claro cómo se articularán estas dos misiones y qué relación mantendrán, si de coordinación o de subordinación.
Estados Unidos ha dejado bien claro que el objetivo prioritario sigue siendo la captura de Osama Bin Laden y los miembros de Al Qaeda. El secretario de Estado, Colin Powell, aseguró el domingo que Washington prestará una ayuda logística al esfuerzo de la ONU. En principio, los dos contingentes no deberían coincidir. La ISAF sólo se desplegará en Kabul, al menos en un principio, y actuará de guardaespaldas de los miembros de la Administración provisional y de las instituciones del futuro Gobierno.
Fuerzas de 12 países
Entre los otros países participantes figuran, además de España y Reino Unido, Francia, Alemania, Turquía, Canadá, Jordania, Australia, la República Checa, Argentina, Malaisia y Nueva Zelanda. Una avanzadilla británica de unos 200 infantes de Marina está lista para desplegarse cuando el líder pastún, Hamid Karzai, asuma el mando pasado mañana.
Hasta ayer, los miembros del Consejo de Seguridad no conseguían ponerse de acuerdo sobre la duración y el mandato de la ISAF. EE UU y el Reino Unido optaban por un despliegue de seis meses hasta la convocatoria de una Loya Jirga, la asamblea tradicional afgana, y una resolución corta. Francia y Rusia preferían una misión más breve, que podría prorrogarse, y una decisión del Consejo mucho más detallada sobre sus objetivos.
En todo caso, el contingente se desplegará bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que autoriza el uso de la fuerza para no repetir los errores de Somalia y la antigua Yugoslavia. Los líderes afganos se han mostrado reacios a tolerar la presencia extranjera. El futuro titular de Exteriores, Abdulá Adbulá, pidió por carta al Consejo de Seguridad reducir a lo más esencial el mandato y el número de soldados de la ISAF.
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