La UE pone en marcha la futura Constitución para todos los europeos
Giscard D'Estaing presidirá la convención que diseñará para 2003 la Europa del futuro
La Unión Europea dio ayer el banderazo de salida para la transformación más profunda de su historia. Y lo hizo rompiendo un tabú al apostar por la elaboración de una Constitución común para los ciudadanos europeos. La Declaración de Laeken, pactada ayer por los líderes de los Quince, incluye un apartado titulado El camino hacia una Constitución para los ciudadanos europeos, que apunta la conveniencia de elaborar 'un texto constitucional'. El conservador francés Valèry Giscard D'Estaing presidirá la gran convención encargada de redactar las primeras conclusiones sobre cómo funcionará la UE en el futuro.
'Hemos abierto el camino para la gran reforma fundamental del Tratado de la Unión', anunció con solemnidad Guy Verhofstadt, primer ministro de Bélgica, que coronaba ayer en la cumbre de Laeken su semestre de presidencia de la UE. El texto de la citada declaración ha sido redactado en buena parte por él mismo, aunque su tinte 'federalista' ha sido rebajado sobre todo por Reino Unido, Francia, los nórdicos y España, en este último caso para limar las referencias al papel de las regiones en la futura Unión.
Pero Bélgica, decididamente apoyada por Alemania, logró que todos aceptaran en el texto final de la declaración las referencias clave a la Constitución europea, que, como se desprende de la Declaración de Laeken, debiera basarse en una simplificación del actual Tratado de la UE y en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión. Verhofstadt llegó a decir que la UE tiene 'necesidad' de esa Constitución.
Para el canciller alemán, Gerhard Schröder, que calificó de 'histórico' el contenido de la Declaración, comentó que 'lo ideal' es que la convención concluya sus trabajos en la primavera de 2003 con un proyecto de Constitución para Europa. 'Vamos a asistir a un debate sobre la creación de una Constitución europea', comentó satisfecho en Laeken el eurodiputado español Íñigo Méndez de Vigo, que representará a la Eurocámara en el órgano directivo de la convención (el Presídium).
Incluso el primer ministro británico, Tony Blair, hizo un canto europeísta al reconocer que es en la UE donde Londres puede lograr 'mayores ventajas', aunque enseguida precisó que quiere una Europa 'superpotencia', no 'superestado', porque la Unión debe seguir basada en los Estados-nación.
Además de la apuesta por la Constitución, la Declaración de Laeken, que empieza por reconocer que los ciudadanos se sienten insatisfechos por la falta de transparencia de la Unión y porque ésta no se centra en resolver los problemas que realmente les preocupan, plantea también cómo deben repartirse las competencias entre la UE, los Estados y las regiones. O cuál debe ser en el mundo el papel de Europa, cuya política exterior sigue sin ser común. O si el presidente de la Comisión Europea debe ser elegido por los ciudadanos y no designado por los Estados. O si de los Parlamentos nacionales debiera surgir una segunda Eurocámara, como quisiera Alemania y no Francia.
También por primera vez en la historia de la UE el sistema para debatir la reforma de la Unión ya no es exclusiva de los Gobiernos de los Quince. Por eso, se crea la convención, que estará integrada por un centenar de representantes del Parlamento Europeo, los Gobiernos, la Comisión y los Parlamentos nacionales (también en el caso de los 12 países candidatos), aunque la última palabra la tendrá una posterior Conferencia Intergubernamental (CIG), que actuará entre 2003 y 2004.
Para presidir la convención fue designado ayer el ex presidente francés Giscard D'Estaing, de 75 años. Propuesto como candidato por el presidente francés, Jacques Chirac, fue inmediatamente apoyado por Alemania y Austria. Para evitar desaires, los Quince pactaron añadir dos imprevistos vicepresidentes, el italiano Giuliano Amato y el belga Jean-Luc Dehaene, apoyados como candidatos por Italia y España, el primero, y el segundo, por Bélgica, que nunca vio con agrado el nombramiento de Giscard.
De paso, los líderes lograron que de los 12 miembros del Presídium de la Convención, la mitad sean hombres de su entera confianza: esos tres ex líderes de sus respectivos países y otros tres representantes de España, Dinamarca y Grecia, las presidencias de la UE durante los trabajos de la convención. Otros dos representarán a la Eurocámara, dos más a la Comisión y los otros dos a los Parlamentos nacionales. Junto a Méndez de Vigo, por tanto, habrá otro español en nombre del Gobierno, seguramente Álvaro Rodríguez Bereijo. Ambos ya coincidieron en la elaboración de la Carta de Derechos de la UE.
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