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Condenada una pareja de menores italianos que asesinó a la madre y el hermano de la chica

Erika de Nardo y Mauro Favaro, conocido como Omar, ambos de 17 años, fueron condenados ayer por el tribunal de menores de Turín a 16 y 14 años de cárcel, respectivamente, por el asesinato de la madre y el hermano de ella. La condena ejemplar cierra, al menos temporalmente, un largo debate sobre el estado mental de los dos jóvenes que el 21 de febrero pasado asesinaron a sangre fría con más de 40 puñaladas a la madre de la joven, Susy Cassini, de 45 años, y al hermano menor, Gianluca, de doce. En un primer momento, la joven acusó del doble asesinato a unos supuestos inmigrantes albaneses, pero el burdo montaje fue descubierto en el plazo de un par de días. El tiempo justo para evitar una airada respuesta contra los 'extracomunitarios' de Novi Ligure, por parte de los 28.000 habitantes de esta localidad.

Los investigadores, utilizando micrófonos ocultos en la comisaría, descubrieron que todo era un montaje urdido por la joven para despistar a la policía. Erika, una chica normal, hija de Francesco de Nardo, ingeniero conocido y respetado en la ciudad, preparó el asesinato valiéndose de la ayuda del novio, Omar, al que aparentemente dominaba.

Ausencia de móvil

La dificultad del caso se centra, sobre todo, en la ausencia de móvil. Ninguno de los dos inculpados ha dado la menor pista que permita entender las razones de un crimen brutal en meses de interrogatorios. Erika y Omar perpetraron un asesinato planificado hasta en los menores detalles. Ambos utilizaron guantes de goma, previamente comprados, y sendos cuchillos de cocina. Aunque en los primeros interrogatorios la joven negó haber apuñalado al hermano, acabó por reconocer que también había participado en su asesinato.

El juez de Turín que emitió ayer la sentencia redujo la petición de la fiscal Livia Locci, que había reclamado 20 y 16 años de reclusión, respectivamente, debido a la edad y la falta de antecedentes de los acusados. Los dos rompieron a llorar cuando les fue leída la sentencia. La evolución de Omar en prisión será seguida por un equipo de psicólogos que vigilarán su comportamiento y, si lo consideraran oportuno, el joven podría abandonar la cárcel en un momento dado y ser ingresado en un centro de rehabilitación social.

Erika de Nardo ha llegado a adquirir una morbosa notoriedad desde que se supo que era el cerebro del crimen. Los periódicos publicaron sus trabajos escolares, algunas cartas enviadas al novio e infinidad de detalles relacionados con la joven a la que se le han dedicado, desde la fecha del crimen, incluso páginas en Internet.

La tesis de los abogados defensores, que atribuían trastornos esquizofrénicos a los dos jóvenes, no han sido aceptadas por el tribunal, en el que, además del magistrado, figuraban otros dos jueces expertos en psicología.

Los abogados de los dos jóvenes anunciaron que recurrirán contra la sentencia.

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