El IVAM reúne las pinturas que Philip Guston realizó de un solo impulso
El expresionista abstracto pretendía 'eliminar el tiempo entre pensar y hacer'
Philip Guston (Montreal, 1913-Woodstock, 1980) tenía un ideal: 'Pensar y hacer'. Es decir, 'eliminar el tiempo transcurrido' entre ambas acciones. Un empeño que plasmó sobre todo en el conjunto de cuadros más íntimos y personales que desde ayer se exhibe en el IVAM en la primera exposición que reúne las obras conocidas como One-Shot-Painting (De un solo aliento). Veintiocho óleos de los también llamados 'pensamientos visuales', según Paul Klee, forman el grueso de la muestra, que contiene además seis obras más conocidas y una serie de dibujos con poemas.
Hasta tal punto llegó su búsqueda de la instantaneidad que el artista canadiense ponía al alcance de su mano las pinturas, el caballete y todos los utensilios necesarios para ejecutar al alba, en un solo golpe, las ideas que había tenido durante la noche. De esta manera, plasmaba 'con gran rapidez las ideas que iban acumulándose en su mente, sin desarrollarlas después, en un estilo que recuerda a las pinturas negras de Goya', explicó ayer Kosme de Barañano, director del IVAM y comisario de la exposición junto a María Jesús Folch.
La exposición Philip Guston.One-Shot-Painting. De un solo aliento, que se podrá ver en el museo valenciano hasta el 3 de marzo, exhibe por primera vez esta serie. Con anterioridad se habían mostrado algunos cuadros pero nunca los 28 reunidos. Fueron, de hecho, las obras más íntimas del artista, concebidas para sí mismo, y para su familia, en los últimos 10 años de su vida, lo que explica que apenas se hayan exhibido, comentó Barañano.
En estos cuadros, Guston vuelve a la figuración para expresar la metáfora visual en su forma más pura, siempre con un carácter autobiográfico, si bien la interpretación de las mismas se deja a merced del juicio personal. Manos, capuchones fantasmagóricos -en referencia al Ku-Klux-Klan-, cigarros, clavos, relojes, zapatos..., elementos recurrentes en estas obras que tienen en común también su narratividad y, en el caso de las últimas realizadas, la escenificación teatral.
No son casuales las concomitancias de la iconografía de Guston con el lenguaje del cómic, que el artista conocía de niño debido a su entusiasmo por las ilustraciones de George Herriman y Budd Fisher.
El recorrido de la exposición, no obstante, se abre con seis de sus obras más conocidas, incluyendo un autorretrato y cinco imágenes-resumen. Todas ellas se caracterizan por el trabajo con la materia y el uso del color. El propósito es poder comparar distintas épocas de la trayectoria artística de Guston, apuntó Barañano.
Amigo de Jackson Pollock, Guston abrazó el expresionismo abstracto tras instalarse en Nueva York en 1935, pero siempre conservó su interés por los grandes formatos y la figuración, con lo que la influencia de la pintura mural mexicana estaba de alguna manera latente.
La última sala de la muestra recoge el diálogo entre la imagen y la palabra a través de los poemas dibujados por Guston, en los que se concentran la 'agilidad y la sensibilidad poética del pincel del artista', añadió el director del museo valenciano. Su mujer, Musa Jane Mckim, es la autora de estas composiciones poéticas.
Con motivo de la exposición producida por el IVAM, se ha editado un extenso catálogo que reproduce las obras expuestas, y se ha organizado un ciclo de conciertos de blues en el propio museo.
Barañano quiso destacar la importancia del patrocinio de Bancaixa, sin el cual 'hubiera sido imposible realizar la exposición', a consecuencia de los atentados del 11 de septiembre. 'La muestra estuvo a punto de desaparecer porque los museos y los coleccionistas no querían prestar obra', añadió el director del IVAM, que cifró en un 30% el encarecimiento de los seguros de las obras desde entonces.
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