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Entrevista:FRANS VAN DEN BOOM | Director de la IAVI

'No esperamos una vacuna hasta 2007'

Hace 20 años que fallecieron en EE UU las primeras víctimas del sida. En 1983, se identificó el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) como causante de la enfermedad. Desde entonces, los científicos buscan un remedio que cure el sida, pero los resultados no llegan. 'Sinceramente, no sé cuándo habrá un remedio realmente efectivo', declaró recientemente en Madrid Frans van den Boom, director para Europa de la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI según sus siglas en inglés). 'Esperamos que en 2007 haya una docena de proyectos, de los que tres estén en fase III de investigación [la última antes de comercializar un fármaco que se realiza en humanos a gran escala]'.

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Van den Boom no se muestra optimista respecto a las dos vacunas que ya han llegado a la fase III. 'Una se está probando en Uganda, y la otra en EE UU, Canadá y Tailandia, pero de momento los resultados no son buenos. Los investigadores de Tailandia han pedido un año más para recoger información acerca de la efectividad de la vacuna'. El pesimismo de Van den Boom es compartido por el investigador Stanley Plotkin, descubridor de la vacuna contra la rubeola. Plotkin vaticinó el mes pasado, en la celebración en Cádiz del I Congreso de la Sociedad Española de Vacunología, que 'puede que en cinco o 10 años se obtenga una vacuna contra el sida'.

En España, el Hospital Gregorio Marañón de Madrid realiza un ensayo con interleukina-2 en enfermos de sida, que actuaría como una vacuna terapéutica, que es la que se da a personas ya infectadas por el VIH, en contraste con las vacunas preventivas, destinadas a personas sanas. Hasta ahora los resultados han demostrado un refuerzo del sistema inmunológico de los pacientes.

La IAVI se creó en 1996 y cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud, la Oficina de la ONU para el Sida (Onusida), las fundaciones Bill y Melinda Gates y Rockefeller y numerosas ONG, entre ellas Médicos sin Fronteras y Médicos del Mundo.

'Cuando IAVI se fundó, la vacuna contra el sida prácticamente había desaparecido de la agenda internacional', comenta Van den Boom, un holandés de 46 años que fue nombrado director europeo del proyecto en mayo pasado. 'En 1996 los países ricos habían conseguido frenar el peligro mediante la terapia combinada [cócteles de medicamentos que logran en los países desarrollados que el sida se comporte en algunos pacientes como una enfermedad crónica], y nadie parecía interesado en invertir en una vacuna', comenta. 'Pero son tratamientos muy caros [cuestan unos 1,5 millones de pesetas por persona y año], y los países en desarrollo, donde se produce el 90% de los 15.000 contagios diarios, no pueden permitírselos', añade.

'Uno de nuestros objetivos es impulsar la investigación. Tradicionalmente, la elaboración de las vacunas estaba en manos públicas. Las multinacionales farmacéuticas parecían más interesadas en desarrollar terapias. Pero hemos conseguido empujar a algunas', afirma. Este impulso se logra convenciendo a las empresas de la rentabilidad de su inversión. 'Para ello, los gobiernos deben prever reducciones fiscales para la investigación en terapias contra el sida', explica el director de la organización. 'IAVI ha impulsado y apoyado normas en este sentido dictadas en Reino Unido y EE UU; Bélgica está trabajando también en ello', asegura.

Una segunda iniciativa para garantizar las inversiones es 'que los países de la OCDE se comprometan a comprar las vacunas y a distribuirlas en los países que no puedan pagarlas', afirma Van den Boom. 'También debe llegarse a un acuerdo para asegurar que los investigadores cobren sus derechos de propiedad intelectual, y así evitar problemas como los litigios por el uso de genéricos que han enfrentado recientemente a Suráfrica y Brasil con las compañías farmacéuticas, Estados Unidos y la Organización Mundial del Comercio', añade.

Van den Boom se muestra partidario del uso de genéricos. 'La excusa de que aunque los países en desarrollo tuvieran acceso a ellos no podrían repartirlos por falta de infraestructuras no sirve. Ahí está el caso de Brasil, un país que en 1998 tenía serios problemas presupuestarios, pero que ha conseguido reducir enormemente la tasa de infección. Mi tesis es que si tienen la posibilidad de acceder a los medicamentos, los países invierten en infraestructuras para repartirlos', dice convencido.

'Como se ve, todas estas son decisiones políticas'. Por eso, mientras los científicos investigan, IAVI no se queda quieta. Aparte del Reino Unido y Holanda, los parlamentos o Gobiernos de Suiza, Suecia, Dinamarca, Alemania, Noruega y Bélgica han mostrado su apoyo. Van den Boom también ha conseguido una moción a su favor del Parlamento catalán y se ha presentado la iniciativa a la Comisión de Sanidad del Congreso. 'Una vacuna tarda entre 15 y 20 años desde que se desarrolla hasta que llega a los países pobres. Esto no puede suceder con la del sida', concluye.

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