El Reina Sofía ofrece una nueva terapia de láser contra la ceguera
El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba comienza esta semana a aplicar una nueva terapia con láser que permitirá tratar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad muy común pero poco conocida que es la principal causa de ceguera para los adultos en los países occidentales y que afecta a un tercio de las personas de más de 75 años. Hasta ahora sólo se podía acceder a esta terapia en clínicas privadas, con un coste muy elevado, de entre 500.000 y 1.000.000 pesetas. El Reina Sofía es el primer hospital público andaluz que ofrece este servicio.
Los afectados por la DMAE, según explicó José María Gallardo, jefe del Servicio de Oftalmología del centro sanitario cordobés, 'se quedan sin visión de detalle: todo les resulta borroso', con lo que no pueden leer, ni coser, ni distinguir los colores. Con el tiempo llegan incluso a tener una mancha negra instalada en el centro de su campo visual, de modo que para ver mejor han de mirar de reojo. También perciben las líneas rectas como si fuesen curvas, lo que les hace imposible conducir y reconocer a quienes les rodean.
Variantes
Esto se debe a que con la edad, la mácula -la parte central de la retina- pierde riego y, consiguientemente, los nutrientes y el oxígeno que precisa. En algunos casos, la zona insuficientemente irrigada se atrofia: es la variante seca de la enfermedad, la menos grave. Pero otras veces las áreas dañadas por falta de riego desarrollan nuevos vasos sanguíneos, 'vasos anómalos', aclaró Gallardo, 'que en vez de mejorar la situación de la mácula la empeoran', porque rezuman líquido y degeneran las células receptoras de la luz. Es la variante húmeda de la DMAE, la más seria, que puede curarse con la nueva terapia de láser.
El doctor Gallardo señaló que este tratamiento permite eliminar los vasos sanguíneos aberrantes sin dañar el resto de la retina, que se mantiene funcional. El paciente recibe una inyección de porfirina, 'una sustancia que se adhiere a la zona problemática y la marca'. Unos minutos después se le administran radiaciones de un láser especial, con una longitud de onda de 689 nanómetros, 'que sólo quema el tejido marcado y respeta el resto'. Los enfermos acuden a tres o cuatro de estas sesiones el primer año, dos o tres el segundo, y en adelante ya no necesitan más.
'La detección precoz es muy importante', advirtió el oftalmólogo, que urgió a todos aquellos que sufran de visión borrosa o deformada a acudir al médico lo antes posible. Recomendó revisiones bianuales para toda la población entre los 45 y los 65 años, aunque no manifiesten ningún síntoma, y anuales de los 65 en adelante. Gallardo recordó que el 1% de las personas de más de 50 años padece esta enfermedad, igual que el 11% de los mayores de 65 y el 30% de los de más de 75.
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