El jefe paramilitar colombiano reconoce decenas de asesinatos
El jefe de los paramilitares de Colombia, Carlos Castaño, reconoce en un libro que se publicará dentro de poco en ese país que ordenó decenas de asesinatos durante la década pasada, incluido el de Carlos Pizarro, candidato presidencial de la izquierda, en 1990.
En el libro, titulado Mi confesión y escrito por el periodista colombiano Mauricio Aranguren, el jefe político de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia, admite también su responsabilidad en el asesinato de varios parlamentarios, según extractos publicados en la revista Semana.
Castaño afirma que ordenó el asesinato de Pizarro porque el ex líder del movimiento guerrillero M-19 -disuelto para transformarse en fuerza política- recibía el apoyo del narcotraficante Pablo Escobar, muerto en 1993 a manos de la polícia. En 1990, Castaño integraba, junto a su hermano Fidel, un grupo paramilitar que luchaba contra Escobar e integrado en buena parte por narcotraficantes que fueron antiguos aliados del capo, como ambos hermanos.
Castaño también admite que ordenó eliminar a otro candidato presidencial de la izquierda, Bernardo Jaramillo, en 1990, así como a unos 50 militantes de su partido, la Unión Patriótica (UP), y al diputado liberal Jaime Rojas, abatido el 6 de septiembre de 2001.
