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Enron despide la mitad de la plantilla de su sede en EE UU mientras busca financiación

El presidente no ejecutivo de Enron España, Juan Abelló, presentó su dimisión el viernes

Enron despidió ayer a 4.000 de los 7.500 empleados de su sede en Houston mientras busca mil millones de dólares (186.000 millones de pesetas) para mantenerse. Enron y Dynegy, que había pactado su adquisición, se lanzan acusaciones y querellas mutuas por la suspensión de pagos en la que Enron y otras 13 filiales figuran con activos por valor de 49.800 millones de dólares (55.776 millones de euros) y deudas de 31.200 millones (34.944 millones de euros). El presidente no ejecutivo de Enron España, Juan Abelló, dimitió el pasado viernes.

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Enron decía estar en 'discusiones activas' con diversas instituciones financieras para garantizarse no menos de mil millones de dólares (1.120 millones de euros) con los que mantener en funcionamiento su bolsa de energía y otras actividades, pero la realidad en Houston era que la totalidad de sus 7.500 empleados en la ciudad tejana recibieron la notificación de recoger sus pertenencias y marcharse a casa porque la compañía ya no les podía pagar. Sólo 3.500 fueron informados de que sus servicios pueden ser necesarios en un futuro no determinado. El resto perdieron sus empleos.

Enron presentó el domingo suspensión de pagos (la mayor habida en EE UU, donde el récord lo tenía Texaco, que en 1987 suspendió pagos con 35.900 millones de dólares, 40.208 millones de euros), y demandó a Dynegy por 10.000 millones de dólares (11.200 millones de euros) como indemnización por abandonar de mala fe sus planes de compra.

Dudas

Según Enron, la que iba a ser su salvadora urdió toda la operación con el simple propósito de hundir a la compañía, y apoyó la tesis en la dubitativa actuación de Dynegy entre el 9 de noviembre, fecha del anuncio del acuerdo, y el 28 del mismo mes cuando lo denunció. 'Dynegy creó inestabilidad en Enron para aprovechar la oportunidad de hacerse con una parte sustancial del mercado de Enron, mientras la compañía estaba incapacitada'.

Kenneth Lay, presidente de Enron, señaló que el recurso a la suspensión de pagos iba dirigido a 'intentar salvar capital, estabilizar el negocio, restaurar la confianza de nuestros clientes e incrementar nuestra capacidad de pagar a nuestros acreedores'.

En la suspensión de pagos, Enron reconoce para sí 24.700 millones de dólares (27.664 millones de euros) en activos y 13.100 millones de cargas (14.672 millones de euros), pero anuncia que en esas relaciones no se contabilizan operaciones de las que no se informó en su día a los accionistas. Son estas cargas las que han llevado al borde de la desaparición a Enron, que antes de la crisis era una de la siete primeras compañías de EE UU por volumen de negocios. Los analistas sospechan que los 13.100 millones de dólares pueden ser más.

Enron ya estaba contra las cuerdas cuando Dynegy acudió en su socorro hace un mes y puso sobre la mesa 1.500 millones de dólares (1.680 millones de euros) por un gasoducto de 30.000 kilómetros. 'A pesar de que Enron aseguró que la situación se había estabilizado, el dinero desapareció en menos de tres semanas y Enron no podía proporcionar datos de dónde había ido a parar', explicó ayer Chuck Watson, presidente de Dynegy. Watson agregó que Enron sigue sin hacerse responsable de sus actos, calificó la querella de 'frívola y torticera' y presentó una demanda para hacerse el día 12 con el gasoducto por el que adelantó los 1.500 millones de dólares.

Sorpresa

Tras el acuerdo de fusión trascendió que Enron tenía que abonar en noviembre 690 millones de dólares (772,8 millones de euros). Dynegy, sorprendida, intentó renegociar la operación en una atmósfera de desconfianza que culminó con la degradación del crédito de Enron a categoría de bonos basura y el abandono de Dynegy. La debacle de Enron ha llevado a las autoridades bursátiles de EE UU a investigar la sociedad y a la auditora Andersen que fiscalizaba sus cuentas.

En España, la crisis de Enron ha provocado la dimisión, el pasado viernes, del presidente no ejecutivo de Enron España, Juan Abelló, nombrado en el año 1999. El financiero mantenía con Enron, a través de Torreal, un compromiso de inversión en España, pero sin cifras ni proyectos concretos. Torreal, según fuentes cercanas a Abelló, no tenía participación accionarial en Enron España.

Los dos edificios de Enron, vistos desde un despacho de Dynegy.
Los dos edificios de Enron, vistos desde un despacho de Dynegy.AP

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