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Rato presenta en Bruselas los nuevos parámetros de la economía española

España insistirá durante su presidencia en el futuro de los fondos europeos

El Gobierno español tiene ya preparado para entregar en Bruselas el documento en el que rectifica a la baja sus previsiones de crecimiento para los próximos años. Sin embargo, el Ejecutivo español ha optado por no retractarse directamente sobre las optimistas previsiones incluidas en el proyecto de Presupuestos para el año que viene, y ha optado por presentar ante la Comisión Europea 'varios escenarios de evolución de la economía española durante 2002', como señaló ayer en la capital comunitaria el vicepresidente Rodrigo Rato.

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Como el resto de países de la UE, España tiene que entregar este mes a la Comisión Europea el cuadro macroeconómico sobre las previsiones de cumplimiento del plan de estabilidad y convergencia. El Gobierno español elaboró el proyecto de Presupuestos sobre una previsión de crecimiento del 3% y del 2,9% para los años 2001 y 2002, respectivamente. Pero posteriormente, tanto la OCDE como la Comisión Europea han coincidido en asegurar que esos porcentajes se reducen al 2,7% para este año y al 2% para el que viene.

Por eso, Rato señaló ayer que el Ejecutivo presentará ahora su documento en Bruselas 'después de haber estudiado las previsiones y proyecciones que han hecho tanto la Comisión Europea como la OCDE'. El vicepresidente no quiso ser más explícito sobre qué porcentajes maneja el Gobierno, pero sí añadió que, en todo caso, la economía española crecerá en 2001 y 2002 'por encima de la media de la UE, en un marco de estabilidad de precios, de estabilidad presupuestaria y de creación neta de empleo'.

Rato hizo estos comentarios poco antes de iniciarse la reunión del Eurogrupo (los ministros de Finanzas de la zona euro), que tenía previsto analizar la situación de ralentización económica que sufre la UE y que está afectando muy negativamente al objetivo de lograr el equilibrio presupuestario en los próximos años. El caso más complicado es el de Alemania, que en 2003 puede llegar a tener un déficit del 2,7%, muy cerca ya del límite del 3% que le haría merecedor de una importante sanción por parte de Bruselas.

El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, ya ha señalado que, si la situación se deteriora aún más, Berlín no alcanzaría el equilibrio presupuestario hasta 2006, pese a que hoy todavía prevé hacerlo en 2004. Alemania aprobará mañana su programa de estabilidad para entregarlo también en Bruselas.

El presidente actual del Eurogrupo, el ministro belga Didier Reynders, ha declarado que es partidario de discutir con sus colegas la problemática situación que atraviesa 'un gran país', en referencia obvia a Alemania, y al respecto ha recordado que Bruselas ya recriminó públicamente a Irlanda, por ejemplo, por cómo había elaborado sus presupuestos para este año.

Entretanto, sigue abierto el debate sobre la posibilidad de que, dado el frenazo en la economía europea, pueda haber una flexibilidad a la hora de aplicar el pacto de estabilidad, tesis a la que la Comisión Europea o países como España se oponen radicalmente pese al deseo expresado por algunos políticos alemanes.

No es el único desacuerdo entre España y Alemania. La presidencia española de la UE, que comenzará el próximo 1 de enero, será aprovechada por el Gobierno español para volver a la carga con un problema que esta primavera ya le costó un grave enfrentamiento con el Ejecutivo alemán a costa del futuro reparto de los fondos europeos. España quiere plantear de nuevo los perjuicios que traerá la ampliación para las regiones españolas menos desarrollas que, por un 'efecto estadístico', superarán los límites actuales para acceder a los fondos tras la incorporación de regiones del Este mucho menos desarrolladas que las españolas.

Efecto estadístico

Ese polémico 'efecto estadístico', que fue planteado en la pasada primavera a los líderes europeos en un memorando suscrito por José María Aznar, saltará de nuevo a escena por España durante las negociaciones con los países candidatos. Durante el semestre de presidencia española de la UE, corresponde negociar precisamente los dos capítulos más espinosos de la ampliación: la política regional, que incluye los fondos, y la política agrícola común (PAC).

España es consciente de que tendrá muy pocos aliados en el frente de los fondos (probablemente sólo Portugal y Grecia), y sobre todo que tendrá como enemigo de nuevo a Alemania, contribuyente neto a las arcas comunitarias que pretende no aumentar esa partida.

Hoy son 11 las regiones españolas que reciben fondos comunitarios porque no llegan al 75% del nivel medio de riqueza de la UE, pero la cifra se reduciría a tres regiones si se aplica la misma regla con una Unión ampliada a otros 10 o 12 Estados, la mayoría de ellos del Este de Europa.

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