El Alavés recibe el premio merecido
El Betis y el Athletic acaban con un largo periodo de crisis y vuelven donde solían -El Madrid supera al Barcelona por primera vez en el campeonato -Retorna la alegría al Celta, que desbordó al Villarreal - El Rayo se hunde cada vez más
Por estas cosas de los símbolos, le había llegado al Alavés el momento de conquistar el primer puesto en la Liga. Es un equipo que merece el premio. Después de un larguísimo tránsito por todos los purgatorios del fútbol, el Alavés subió a Primera sin apenas fanfarria. Nadie sospechaba que se convertiría en un protagonista del fútbol español.
Al frente del equipo, Mané ha gestionado con enorme éxito una plantilla de jugadores que, en muchos casos, venían rebotados de otros lugares. Suyo es el mérito de ofrecerles desafíos imprevistos. Y es el mérito de los futbolistas aceptarlos. El resultado ha sido espectacular. En este breve periodo de tiempo el Alavés se ha ganado el máximo respeto del fútbol español. Equipo sólido, competitivo, sencillo en su juego, siempre hábil para aprovechar sus cualidades y ocultar sus defectos, el rendimiento del Alavés ha sido irreprochable. Temible por rocoso en la Liga, completó en la pasada edición de la Copa de la UEFA una de las aventuras más hermosas que se han visto en el fútbol europeo, tan iconoclasta como su querida camiseta rosa, que debería regresar un día para vestir al equipo de Vitoria en algún momento muy especial. Éste es uno de ellos. Su victoria sobre el Barcelona le da derecho a encabezar la clasificación, con la justicia que otorgan las cosas bien hechas y con la sensación de que el Alavés está ahí para defender su privilegiado puesto.
Por detrás del Alavés asoman dos viejos equipos que han dado lustre al fútbol español. Dos que ahora alcanzan los primeros puestos de forma inesperada. Son el Betis y el Athletic. Uno estaba en Segunda en la anterior temporada; el otro estaba consumido por el peor virus: la falta de confianza en todos los valores que le hicieron grande. Ahora regresan, no se sabe si circunstancialmente, al escenario principal del campeonato. En San Mamés saben muy bien a quien agradecer el giro del equipo. El efecto Heynckes ha sido instantáneo, casi increíble. No es el equipo más vistoso ni desde luego el que cuenta con mejores futbolistas, pero el Athletic comienza a recuperar algunas de sus viejas señas de identidad, que pasaban por su extrema capacidad de sacrificio. A ello se agrega el interés por ofrecer un fútbol más sensato. Con todos esos ingredientes, el Athletic comienza a desterrar el pesimismo que se había instalado en el club y en los aficionados.
La jornada abundó en las consecuencias de la anterior. Fracasaron el Barça, el Deportivo y el Valencia. Se benefició el Madrid, que superó su prolongada crisis con la necesaria serenidad. El club fue puesto a prueba y ganó. Ahora le toca al equipo.
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